La mousse de chocolate es uno de los postres más famosos de Francia. Suave y etérea, la receta original no lleva ni nata ni gelatina, su extraordinaria textura se consigue a base de claras de huevo bien montadas. Es un postre perfecto para prepararlo con los niños e irles animando a meterse en la cocina, ya que no se necesitan cuchillos, ni tampoco fuego directo.
1.- Trocear el chocolate y fundirlo junto con dos cucharadas de leche en una cazuela a fuego lento o en el microondas, siempre con cuidado de que no se queme.
2.- Fuera del fuego, agregar la mantequilla cortada en trozos, remover bien hasta que quede disuelta por completo. Dejar enfriar la crema.
3.- En un bol, con ayuda de unas varillas (mejor eléctricas) batir las yemas de huevo con el azúcar hasta que estén bien espumosas. Agregar a las yemas la crema de chocolate que deberá estar fría para que el huevo no se cuaje. Poner en la nevera para que se enfríe bien.
4.- Pasada media hora, en otro bol montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Para esto es preferible emplear también varillas eléctricas.
5.- Incorporar las claras montadas a la crema de chocolate (que estará fría) con ayuda de una espátula y movimientos de abajo hacia arriba para que la mezcla se airee bien.
6.- Repartir la mousse de chocolate en recipientes individuales y dejar en la nevera una hora como mínimo antes de servirla.
7.- Se puede acompañar con cacao espolvoreado o nata montada.
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