Chartier Tanaka Blend 001, la revolución del sake para terminar el año
No faltan motivos para descorchar (o destapar, en este caso) una gran botella, a medida que se acerca este fin de año: el simple deseo de una feliz navidad, de un mejor año 2021 para todos, o, por qué no, de un probable fin del mundo, que también puede ser…
El sake más original
En cualquier caso, como se trata de escoger una buena bebida para desear lo que sea… un magnífico sake puede ser una buena alternativa, a la par que original. Y si se quiere escoger el sake más original e iconoclasta, hete aquí el que ha pergeñado François Chartier, el sumiller canadiense –autor del estupendo Papilas y Moléculas, el aclamado libro sobre armonías moleculares– junto al Master (toji – Morikawa San) de Tanaka Sake Brewery, antigua casa fundada en Miyagi en el año 1789.
Bebida tradicional japonesa
Entre ambos han creado una línea de nuevos estilos de sake con la idea de fusionar los universos del sake y el vino blanco, sin pervertir el alma de la bebida tradicional japonesa.
El Blend 001, que es el que aquí nos ocupa, es, según las notas de su importador, el gran experto Pablo Alomar, «un sake bipolar ya que consigue parecer en nariz a un sake de corte ginjo-ka (aromático) con notas anisadas y de albahaca, pero en boca tiene la estructura y potencia de un junmai-shu, con buena acidez, pero bien compensada, siendo denso y cremoso con un final muy largo y elegante».
Así, las reminiscencias al vino son evidentes: «Tiene similitudes aromáticas a un sauvignon blanc del Loira y la textura de un chardonnay de la Borgoña. Resulta ideal para acompañar tanto platos frescos y aromáticos como cremosos y contundentes. Y es divertido para degustar a diferentes temperaturas».
No será por otra cosa que este sake de añada (2018), que responde a la categoría Junmai Tokubetsu Kimoto Yamahai Nama Zume, haya seducido a los mejores sumilleres para estar disponible en grandes restaurantes españoles como Abac, Alkimia, Cocina Torres, Disfrutar y Dos Palillos, mientras que en Japón se disfruta en las mesas de Araya Totoan, Mitani, Ochiairo, Ogata y Sushi M.
Despedir este año nefasto con estas sensaciones, es un viaje impagable, molecular e impredecible, que hay que agradecer a monsieur Chartier y la centenaria casa Tanaka.