Clos Ancestral 2022, el blanco de Torres que recupera la variedad forcada
Con el flamante Clos Ancestral 2022, Familia Torres introduce la forcada en el amplio panorama de variedades blancas del España.
Para los amantes del vino, se trata de una buena nueva: una oportunidad de salirse de la manida oferta de albariños y verdejos que abunda en la restauración local. Porque aunque el panorama de blancos de variedades autóctonas sea mucho más diverso, muchos sumilleres y restauradores no parecen darse por enterados.
Familia Torres y su proyecto de recuperación de variedades ancestrales
Para Familia Torres, este lanzamiento representa la consolidación de uno de sus proyectos estelares: la recuperación de variedades autóctonas ancestrales, que inició con decisión la generación anterior de esta larga estirpe de viticultores y ha cobrado nuevos bríos desde que Miquel Torres Maczassek y su hermana Mireia –representantes de la quinta generación– han tomado el relevo al frente de la dirección del grupo bodeguero.
Proyectos como estos necesitan muchos años para ver concretados sus objetivos. Transcurren décadas entre que se detectan las variedades perdidas en los viñedos remotos del territorio, se procede a verificar su genética, a replantarlas y comprobar si son aptas para producir vinos de calidad. Y en tal caso, en qué terruños deberían ser cultivados para ofrecer lo mejor de sí.
De allí que resulte tan gratificante ver como sale a luz un vino como Clos Ancestral 2022, de variedad forcada. Una uva que despierta la fascinación de lo que jamás antes habíamos probado (algunos, solo en vinificaciones experimentales, bien es cierto). Como también fue emocionante comprobar que gracias a este proyecto de recuperación de variedades ancestrales Familia Torres incorporaba la uva querol –y la garró– a su noble y reputado Grans Muralles, elaborado en uno de sus mejores terroirs, en la Conca de Barberà. Y también presentaba, hace apenas un par de temporadas, el Clos Ancestral tinto, nacido de un ensamblaje entre ull de llebre (tal como se conoce en el Penedès a la tempranillo), garnacha tinta, y otra variedad ancestral recuperada gracias a esta feliz iniciativa: la tinta moneu.
Clos Ancestral Blanco 2022, el feliz amargor de la forcada
Respecto al nuevo blanco que hoy nos ocupa, que está protagonizado mayoritariamente por la forcada, que además es la única variedad blanca del medio centenar de uvas que integran el proyecto de Torres. En su primera añada, 2022, la complementa un pequeño porcentaje de xarel.lo. Con esta composición, Clos Ancestral Blanco 2022, es un vino fragante y fresco, pero con una marcada personalidad. Con una impronta de fruta blanca muy presente, sobre acentos frutales y boca vivaz y vibrante, amén de una textura untuosa que denota un buen trabajo con las lías. Sabroso y persistente, tiene en su final amargoso quizás su rasgo más característico. Será sin duda también un buen acompañante en la mesa. Y un vino idóneo para aquellos que busquen blancos diferentes.