Córdula 2012, el mejor «estreno» del vino español del 2014
La cata de las 50 novedades destacadas del vino español que dirijo todos los años para la revista Fuera de Serie suele ofrecer grandes sorpresas. Como las muestras se catan a ciegas, con un panel de catadores que cambia cada año, los vinos más valorados muchas veces no se corresponden siquiera con los que yo mismo –que me encargo de realizar la selección previa– podría esperar.
Sin duda, esto es lo maravilloso de catar sin atender a etiquetas, orígenes ni autores: la verdad, desnuda y contundente, asoma sólo cuando desaparecen los prejuicios y todo aquello que influye en nuestro ejercicio crítico.
Así, la cata de novedades del 2014, que se ha hecho pública recientemente, consagró a tres vinos, que ascendieron al podio compartiendo una valoración de 17,5/20 puntos (que equivalen a 94/100 del parámetro Parker o Peñín). Uno de ellos resultó ser un ¡clarete! de la Ribera del Duero, Pícaro 2012, del Dominio del Águila. Los otros dos, tintos: Las uvas de la ira 2013, de Daniel Jiménez-Landi (D.O. Méntrida) y Córdula 2012, de la primeriza bodega Costera Alta (D.O. Valencia).
Aunque los tres recibieron la misma puntuación, en este Bar quiero destacar especialmente al último que he mencionado. Porque, si se tiene en cuenta su precio asequible (8,90 euros), Córdula 2012 puede considerarse con toda justicia el gran ganador de esta cata.
Además de atesorar la calidad suficiente como para recibir el espaldarazo del panel de la cata, Córdula 2012 es un vino muy singular. Sobre todo, porque ofrece el protagonismo a una variedad prácticamente ignorada, la mandó, autóctona del Levante español pero históricamente eclipsada por la monastrell y otras uvas que se adaptaron a la región.
Justamente, es el carácter de la mandó –más delicado y floral y menos contundente y exuberante que el que ostenta la famosa monastrell– el que define el encanto de este novísimo tinto, que seduce con una fina expresión de fruta fresca (cerezas, melocotón) y un paso por la boca amable y equilibrado.
En síntesis: una novedad que no hay que dejar de probar.