Don Suero Reserva 2013, el prieto picudo pionero cumple 50 años
Uno de los clásicos del vino español menos conocido, Don Suero tiene el mérito de ser el primer tinto monovarietal de prieto picudo elaborado con cierta ambición, pionero en presentar la uva autóctona leonesa al mercado nacional cuando esta aún estaba relegada a la elaboración de vinorros caseros de consumo familiar en el Páramo de León, un territorio que aún tardaría varias décadas en hacerse con un sitio en el mapa español de la viticultura de calidad.
Bodegas Vinos de León, la empresa que tuvo a bien apostar por esta uva, celebra en estos días su 50º aniversario. Fue fundada en 1967 por un grupo de viticultores que centraron su atención en el cultivo de la prieto picudo, aunque en principio sólo comercializaban graneles. El primer Don Suero no llegaría hasta 1975, cuando se convirtió en un referente del vino leonés.
Vinos de León fue también una de las bodegas que impulsó, a partir del año 2000, la garantía de calidad de los vinos de esta región, que alcanzó primero la mención de Vino de Calidad de la Tierra de León en 2004, y a partir de 2007 la Denominación de Origen.
La bodega celebra su cincuentenario con numerosos cambios en su accionariado, que se iniciaron a finales de 2017 con la entrada del grupo VAMUCA (propietario de los hoteles Conde Luna y Alfonso V y los restaurantes Casa Mando, LAV y niMÚ Azotea, en León, y niMÚ en Madrid) y la designación de Antonio Vázquez Muñoz-Calero como Consejero Delegado.
Los cambios alcanzan incluso a la imagen de Don Suero Reserva, el vino más emblemático de la casa, que en la añada 2013 estrena nuevo diseño. Este nobilísimo tinto conserva, no obstante, su original formato de botella. Y, lo más importante: su alma.
Aunque este Reserva 2013, muy joven aún, no ha desarrollado aún la elegancia y el carácter singular de su antecesor (2009), en él ya pueden percibirse los rasgos que han dado fama a Don Suero: la riqueza de sus aromas de fruta roja madura, envuelta en tonos balsámicos y especiados, su viva acidez y deliciosa textura, fluida y aterciopelada.
Sin duda una añada dignísima para celebrar el primer medio siglo de este tinto fundamental en la historia de los vinos de León.