En el camino 2018, la senda de los argentinos del Bierzo
El vino de pueblo
En el camino 2018 es uno de los vinos más interesantes de todos los proyectos de viticultores argentinos que se animaron a cruzar el charco. No son muchos los que se han aventurado en el viñedo español y hayan presentado en los últimos años vinos elaborados con señas propias y uvas autóctonas de la madre tierra –los hay al menos completar el conteo de una mano:
Matías Michelini en varios frentes; su hermano Gerardo junto con su mujer, Andrea Mufatto; los hermanos Durigutti y Castrelo das Pedras 1836; Bargiela Bienati Winery…–, el del mayor de los Michelini es el que parece coger en estos días velocidad de crucero…
Parte del clan de los cuatro hermanos que han dinamizado el vino argentino con la bodega familiar SuperUco –y varios proyectos paralelos, juntos o por separado–, Gerardo Michelini llegó a El Bierzo en 2015, junto a Andrea Mufatto, devolviendo la visita que un año antes había realizado César Márquez, un joven viticultor de Valtuille, a tierras mendocinas.
El descubrimiento de la cuna de la mencía desencadenó un flechazo y, de la mano de Raúl Pérez, la pareja comenzó a elaborar sus primeros vinos.
Hoy, su hijo Manuel está afincado en la comarca leonesa y se ocupa del día a día de los vinos de Michelini y Mufatto: el vino de pueblo En el Camino, cuya añada 2018 aquí nos ocupa y sorprende y enamora por su frescura, pureza y verticalidad. Criado en tinajas, mantiene las sensaciones de violetas y frutas rojas con gran vivacidad.
Elaborado con uvas propias y de viticultores vecinos, En el Camino 2018 tiene una producción escasa, aunque muy superior a los vinos de parcela de la misma bodega, todos ellos muy singulares:
A Merced, El Rapolao, el finísimo y borgoñon Encrucijada y –especialmente– Post Crucifixión, que con su exótica mineralidad resulta quizás el más gallego de los tintos del Bierzo y, dicho sea de paso, con su nombre homenajea a la canción más excéntrica, brillante y potente de uno de los grupos más inolvidables de la escena rockera argentina de los años 70: Pescado Rabioso.
Un homenaje muy genuino que se bebe con la pasión que cantaba Spinetta, hay que decirlo.
Gracias Elisabeth por tu comentario. Y un brindis conjunto por la labor de los Michelini a los dos lados del «charco».
Buenísima nota. Las incursiones argentinas en España nos enriquecen a todos. Todos los Michelini son inspirados hacedores de vino.