Finca Río Negro 2013, exótico gewürztraminer de Guadalajara
El viñedo globalizado tiene estas cosas: de repente, uno se encuentra con una botella alargada, que anuncia sin equívoco el estilo de los blancos del norte de Europa; cuando se comprueba la variedad todo parece encajar: 100% gewürztraminer; pero cuando se busca el origen salta la sorpresa: ¡Cogolludo! Sí, Guadalajara.
No somos pocos aquellos que estamos aburridos de los vinos desnaturalizados, de probar un chardonnay de aquí y otro de allá y que ninguno revele una mínima pista de identidad. Lo mismo puede decirse de los ingentes sauvignons, cabernets, merlots, etc. que abundan en cualquier lugar del mundo donde asome un viñedo.
Por eso este gewürztraminer arriacense sorprende positivamente. Porque, si bien es fiel al perfil varietal de esta uva (con sus aromas de flores blancas, miel, rosa, piel de naranja…) este blanco castellano se diferencia de manera notable de los suntuosos gewürtz alsacianos. Sobre todo, porque no hay en el de Guadalajara ni una pisca de dulzor. O al menos, no se nota. Es un blanco seco, incluso algo punzante en la entrada en boca, con un fino perfil mineral, floral y cítrico. Y generosa acidez, lo que invita a empinar el codo una y otra vez.
El mérito de este exótico gewürztraminer lo tiene la joven bodega Finca Río Negro, que ha encontrado en las alturas de Cogolludo, en las estribaciones de la sierra norte de Guadalajara –a unos 1.000 metros de altitud– las condiciones ideales de suelo y microclima para que la uva alsaciana se desarrolle a sus anchas. Y sea capaz de dar a luz un blanco tan sorprendente y agradable, que no se parece a ningún otro gewürztraminer. Châpeau!