Hábitat Blanco 2012, Torres se pone verde
Publicado el 27 septiembre, 2013
Es de sobra conocida la importancia que tienen las bodegas Torres en el panorama vinícola español, tanto por su larga tradición (la empresa fue fundada en 1870), como por su capacidad de producción (en torno a 4,5 millones de botellas) y su proyección internacional, que se refleja en una presencia en más de 160 países. Sin embargo, no son muchos los aficionados al vino que tienen noticia de la sensibilidad ecológica que desde hace unos cuantos años está demostrando la familia Torres.
Lo cierto es que este grupo bodeguero lleva ya más de un cuarto de siglo orientando su producción hacia la viticultura integrada, depurando las aguas residuales y participando activamente en la conservación de la flora y fauna del entorno de sus bodegas. Además, tanto en los viñedos que posee la familia en España como en Chile, en las últimas décadas se ha apostado por prescindir de pesticidas y herbicidas. Marimar Torres, responsable de la bodega californiana del grupo, ha ido incluso más lejos, implementando métodos propios de la viticultura biodinámica para conseguir una producción sostenible.
Hoy, la vocación ecologista de Torres se concreta con el lanzamiento de sus primeros vinos "oficialmente" ecológicos, certificados por Eurohoja (con la venia de la Unión Europea) y el Consell Català de la Producció Agrària Ecològica.
Se trata de dos vinos bautizados con la marca Hábitat; un blanco elaborado a partir de garnacha blanca y xarel.lo y un tinto de garnacha tinta y syrah.
El blanco, que nos ocupa en esta ocasión, es un vino sencillo pero bien hecho, que saca partido de los matices de fruta blanca y la frescura que aportan dos variedades típicamente mediterráneas.
Su precio amable y su perfil limpio –resultado de una vinificación impecable desde el punto de vista técnico– sólo se ve enturbiado por un gesto que contradice las convicciones ecologistas de Torres: la pareja de los dos nuevos Hábitat se presenta –al menos en los envíos a la prensa– en una preciosa caja… ¡de madera! Desde luego, sería más coherente encontrar un packaging más verde para estos vinos.
