La Font Voltada 2017, delicioso trepat monacal
Uno de los raros vinos de España elaborados dentro de un monasterio (en la bodega de la Abadía de Poblet), exhibe el potencial de la variedad trepat, bandera de la D.O. Conca de Barberà. Te descubrimos La Font Voltada 2017.
La Conca de Barberà, donde nace La Font Voltada 2017, es una comarca con una extensa historia vinícola, que probablemente tiene sus raíces en tiempos anteriores al asentamiento del Imperio Romano (antes del siglo III aC). En cualquier caso, la actividad vitivinícola en esta zona interior de la provincia de Tarragona, también vivió períodos de retroceso y ostracismo, especialmente durante los siglos en los que se extendió la ocupación sarracena, que hizo desaparecer muchos de sus viñedos a causa de la prohibición del Corán de consumir bebidas alcohólicas.
Una vez reconquistado el territorio por los cristianos, en la Edad Media fueron los monjes –en este caso, benedictinos–quienes devolvieron la actividad vinícola a la región, desde monasterios como el de Poblet, que se convirtió en el motor agrícola y económico de la región. Te desvelamos la historia detrás de La Font Voltada 2017, digna de ser conocida por los sumilleres y amantes del vino.
Los vinos del convento
No es casual que La Font Voltada 2017, el vino que hoy llama nuestra atención, proceda de la Abadía de Poblet, uno de los escasos monasterios europeos donde aún hoy continúa elaborándose vino. Aunque ya no son los abades quienes lo producen, hay que dejarlo claro. De hecho, en 1835, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal, Poblet fue abandonado y saqueado y no recuperó su actividad hasta que volvieron allí los primeros monjes, en 1940 (¡más de un siglo después!).
Durante el largo período de ausencia clerical, más precisamente en 1915, los hermanos Pere y Ramón Bach tuvieron la iniciativa de reiniciar el quehacer vinícola del monasterio de Poblet instalando una bodega en dependencias de lo que fuera el enorme complejo religioso (que por entonces estaba en ruinas).
Aunque en principio la producción de los vinos era voluminosa y estaba orientada a sacar partido a los clones de pinot noir que los monjes habían traído consigo de Borgoña, en los años 80 del pasado siglo, cuando la familia Raventós Codornìu se hizo con las riendas del proyecto, fue introduciendo paulatinamente en sus vinos las variedades autóctonas que hoy dominan el paisaje ampelográfico de la comarca: las tintas trepat, garrut y garnacha y las blancas macabeo y parellada.
Entre todas estas variedades, la más identitaria (y mayoritaria) de la Conca de Barberà, por ser casi exclusiva de la comarca y seña de identidad de sus vinos es la trepat. Uva vigorosa, de granos grandes y racimos compactos, es una variedad de brotación temprana y maduración tardía, muy sensible a las heladas de primavera y la sequía. Prefiere suelos frescos y pobres y podas cortas para desarrollarse óptimamente.
Trepat, del rosado al tinto
Tradicionalmente, con esta uva se han elaborado los vinos rosados que han dado la modesta fama a la Conca de Barberà y, desde hace algunas décadas, generosos graneles que nutren la producción de Cava. Pero en los últimos años la nueva generación de viticultores de esta D.O. está produciendo con esta uva también finísimos tintos, de los cuales La Font Voltada 2017 es un excelente ejemplo.
Elaborado a partir de algunas de las viñas más antiguas de trepat que crecen en la Conca –localizadas entre Sarral y Montbrió de la Marca– este tinto se vinifica siguiendo un método ancestral, empleando el racimo entero, lo que otorga un carácter más rústico y singular a la delicada expresión propia de una variedad que por su finura bien podría presentarse como una «pinot noir mediterránea».
Con una impronta frutal muy rica y un paso por boca preciso, tenso y convenientemente ácido, La Font Voltada 2017 es un vino que presenta el cariz más fresco de los tintos mediterráneos e invita a descubrir una pequeña comarca catalana a través de una variedad aún poco conocida y con un enorme potencial.