La Reina Pez 2017, Ribeira Sacra en rosa

Tenía que ser Ponte da Boga la bodega que mejor está aprovechando el interés que últimamente se ha generado en torno a los vinos de la Ribeira Sacra. Fundada en 1898 –es una de las más antiguas de la comarca– y controlada desde 2005 por los propietarios de la cervecera Estrella Galicia, es una de las que apuesta con mayor decisión por recuperar las variedades tintas autóctonas de la pequeña D.O. gallega, elaborando vinos tan interesantes como Capricho de Merenzao, monovarietal de la uva que otros viticultores de la zona –como sus vecinos del norte de Portugal– denominan bastardo o bastarda.

La última buena nueva que aporta Ponte da Boga al cada vez más fascinante panorama vinícola de la Ribeira Sacra es La Reina Pez, vino de producción muy limitada y ciertamente insólito, ya que descubre el potencial de la mencía –tinta mayoritaria en la D.O.– para la elaboración de rosados, tipología poco habitual en esta región.

Vinificado con el método de sangrado y criado sobre lías durante cuatro meses, La Reina Pez se desmarca del perfil inocuo de los rosados de moda –inspirados en el modelo del los pálidos rosés de la Provenza francesa– para enamorar con sus propias armas: fragante frescura frutal, vibrante acidez, carácter atlántico, acentos minerales y sedosa textura.

Concebido en complicidad con la cantante pop Vega –que ha presentado recientemente un álbum con el mismo nombre–, La Reina Pez 2017 es la primera referencia de la colección RiverSide, un proyecto de mecenazgo cultural con el que Ponte da Boga establece un diálogo creativo con artistas de diferentes disciplinas.

Sin duda, este insólito rosado –que se comercializa a través de la página web de la bodega– es un magnífico primer paso para este proyecto. Y la confirmación del buen trabajo que está realizando Ponte da Boga, cuyo espíritu inquieto también le ha llevado a colaborar con el chef Diego Guerrero en los dos vinos exclusivos de su restaurante, DSTAgE: el tinto Sartenes o Canciones y el blanco Mañana Mejora.