Las Compuertas Criolla Gobelet 2021, la delicada expresión del primer tinto de América
Proyecto Las Compuertas Criolla Gobelet 2021 es un vino para aquellos que quieran entender de dónde el viene vino americano. Porque no todo fue malbec, cabernet sauvignon, merlot, pinot noir, carignan, tannat, chardonnay demás varietales que hoy dan lustre a los vinos del sur y el norte del continente del otro lado del Atlántico.
Criolla o listán prieto, la uva que cruzó el Atlántico
Antes de que fueran introducidas en el Nuevo Mundo estas nobles variedades –principalmente de origen francés, aunque también las hay de otras cunas: italianas, suizas, alemanas, portuguesas, austriacas...– hubo otra vitis vinifera que llegó a suelo americano. Les antecedió por muchos siglos. Porque descendió de los barcos 500 años atrás, junto a los monjes franciscanos que necesitaban vino para sus actos litúrgicos. Según ha reconstruido la historia del vino americano, estos religiosos recogían las cepas en la última escala antes de la larga travesía –en las islas Canarias– y la variedad que soportaba mejor el viaje era la listán prieto. Al otro lado del océano, sin embargo, la uva mutó su nombre. En Argentina, se la bautizó como «criolla» –la hay de dos variedades, chica, grande, y también blanca–; en chile, como «país» y en México y California, como «misión» o «mission».
La segunda oportunidad de la uva criolla
En los viñedos de América, la criolla-país o quiera que se llamase, fue reina y señora y ocupó los mejores terruños hasta la llegada de las «variedades nobles» que, precedidas por su aristocrático pedigrí, las desplazó a los peores terrenos. En algunas zonas la pobre uva de los curas desapareció y en otras pervivió tan solo para satisfacer la sed de los vecinos, como materia prima para el vino familiar o de pueblo.
Pero el universo vinícola es un escenario abonado para las segundas oportunidades. Y así es como las nuevas generaciones de vinicultores han encontrado en esta uva un argumento precioso en torno a la búsqueda en señas de identidad y rasgos de autenticidad. Dos elementos que hasta hace pocos se echaban en falta en países que, como Argentina, se encuentran en el grupo vinícola de las naciones de nuevo cuño.
Los hermanos Durigutti, que con su amplia capacidad técnica también son bodegueros relativamente jóvenes–su trayectoria bodeguera acaba de cumplir dos décadas–, entre otras cosas exponen en su Proyecto Las Compuertas uno de los ejemplos de criolla más interesantes que se pueden probar a este lado del Atlántico.
Criolla Gobelet 2021, un descubrimiento
Proyecto Las Compuertas Criolla Gobelet 2021 nace de un descubrimiento. «De una parra centenaria de criolla chica con la que unos operarios de la bodega hacía su propio vino obtuvimos el material genético para elaborar lo que hoy es este tinto», revela Héctor Durigutti. Para respetar al máximo el carácter delicado y sutil de esta criolla de cultivo orgánico, que crece en la Finca Victoria, al pie de los Andes (a una altitud de 1050 metros sobre el nivel del mar), la vinificación y crianza se realiza completamente en huevos de hormigón, siendo esta última breve (dos meses), y la maceración muy ligera, casi como si de un vino blanco se tratase.
En la fermentación solo intervienen levaduras autóctonas, lo cual favorece el carácter singular e inédito de este tinto extraordinariamente ligero de este Criolla Gobelet 2021. Que puede recordar a ciertas garnachas de montaña o a algún pinot noir por su color tenue, pero es aún más etéreo, con finas notas florales, con una acidez acentuada con recuerdos de pomelo rosa, taninos muy suaves y paladar amable y refrescante.
Un tinto casi blanco que ya está disponible en España y bien vale la pena probar.