Los Conejos Malditos 2018, irreverente blanco manchego
Publicado el 13 febrero, 2020
Este blanco inusual e irreverente, apto para paladares curiosos, gargantas sedientas y mentes aburridas de los verdejitos al uso, puede conducir al unos cuantos equívocos. El primero viene del nombre: habrá quien crea que lo ha bautizado un macho alpha, contrariado por el rechazo provocado por las féminas emponderadas a raíz de las nuevas actitudes de género. Pero no: los malditos conejos no son otros que aquellos que devoran los brotes de las viñas del secano manchego –cuna de este vino– donde son plaga para la viticultura, como en otras tantas comarcas de España.
El otro elemento que muy probablemente conduzca al despiste es la autoría de este ingenio líquido. Porque, aunque tiene toda la pinta de ser un blanquito radical firmado por un viticultor imberbe y alocado, lo cierto es que lo firma Más que Vinos, un proyecto liderado por tres enólogos con tablas en este oficio –Margarita Madrigal, Alexandra Schmedes y Gonzalo Rodríguez– que desde 1998 se establecieron en tierra manchega –en la Meseta de Ocaña, no muy lejos de Toledo– con el propósito de sacar buen partido a variedades autóctonas que crecen en tierras de secano; en concreto, las tintas cencibel y garnacha y las blancas malvar y airén.
En su catálogo de vinos hay de todo un poco –incluso un espumoso, Perlas de Otoño, de cencibel y garnacha, y un rancio de malvar (El Vino de Antes)que acaban de presentar en el Salón de Vinos Radicales que dará mucho que hablar– por lo que al fin y al cabo no sorprende que de golpe y porrazo Rodríguez y compañía se saquen de la chistera un blanco ¡natural! de airén y malvar, con madre, fermentado en tinajas durante seis meses con sus hollejos. Radical a tope, si. Suculento, terroso, pelín salino, sobrado de carácter… Un blanco muy diferente, sin parangón entre los airén manchegos a menudo tan anodinos. Que está triunfando entre los wine lovers del mundo y ahora se lanza también en España. Un maldito conejo que conviene atrapar.
Buenísima nota de Oldenburg. Lástima estar tan lejos….