Sábalo 2019, Barbadillo también es ecológico
La bodega gaditana Barbadillo acaba de presentar su primer blanco procedente de viticultura orgánica, Sábalo.
No es este vino de nombre marinero el primero que presenta una bodega grande –en este caso, la mayor del contexto de Sanlúcar de Barrameda, reino de la manzanilla– centrado en los principios ecológicos. Pero sí, sin duda, uno de los más originales. Lo cual no es de extrañar, puesto de que Barbadillo lleva ya unos años dando la nota con vinos singulares y experimentos emocionantes, coincidiendo con la llegada del inquieto Armando Guerra –agitador de la escena vinícola del Marco jerezano, desde la barra de su Taberna Er Guerrita– al departamento de Alta Enología de la bodega, que desde entonces ha pergeñado numerosos ingenios líquidos notables, desde el fenomenal vermut Ataman recuperado del olvido, hasta la colección de soleras de Jerez «de vuelta y media» (Zerej) pasando por el blanco de palomino Mirabrás fermentado en botas viejas de Jerez…
No es Sábalo, casualmente, uno de los productos del departamento del hombre-que-va-armando-guerra, pero tiene tras sí el talento de Montse Molina, enóloga general del grupo, y de otra mujer de armas tomar, Carmen Romero García, responsable de la nueva división ecológica de Bodegas Barbadillo, quien adelanta que “la bodega quiere desarrollar una línea completa de vinos ecológicos, de los cuales Sábalo es el primero del rango. Ya se ha iniciado la crianza biológica y oxidativa en botas de roble para iniciar las soleras de lo que será la gama de manzanillas y jereces de Barbadillo, previstas para que salgan al mercado a lo largo de los próximos cinco años, una vez alcancen la vejez adecuada”.
A la espera de todo ello, ya se puede ir disfrutando de este blanco 100% palomino, fresco y varietal, purísimo, con recuerdos de manzana y melocotón, paladar fino, cremoso y con el matiz salino tan propio de la tierra sanluqueña.
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