Vodka Petra Mora, el guardián (del sabor) entre el centeno
En un momento en el que la mayor parte de las compañías de bebidas espirituosas apuestan por el vodka fashion, aquel que gracias a tropecientas destilaciones resulta tan puro como insípido, inodoro y anodino, Petra Mora rompe la baraja para regresar al vodka con sabor. Una buena noticia para los amantes de los destilados de siempre.
Los internautas gourmets ya conocen seguramente Petra Mora, el mini market on line fundado por la familia Domínguez –de Bimba & Lola, entre otras empresas textiles– junto a nuestro entrañable colega Mikel Zeberio, sabio experto en vinos, quesos, carnes y demás cosas del comer (y el beber).
La particularidad de esta joven empresa de alimentación es que comercializa todos sus productos con marca propia, previamente seleccionados por Zeberio recurriendo a los mejores proveedores. Un exquisito diseño completa la atractiva oferta de Petra Mora.
Los destilados, por supuesto, no podían quedar fuera de la propuesta de Petra Mora. Para conseguir un buen producto, a un precio asequible, Zeberio encargó a Javi Fernández, experto en ginebras y propietario del restaurante Los Baltazares de Dos Hermanas (Sevilla), la concepciión de una ginebra y un vodka.
Ambas bebidas se destilan en Andalucía. Pero, en el caso del vodka que aquí nos ocupa, para remitir al sabor original de este espirituoso, Petra Mora y Baltazares decidieron recurrir a la auténtica fuente del sabor del vodka polaco: el centeno. Cosechando en Polonia, claro, ¿donde sino?
Gracias a la acertada selección de la materia prima, a una criteriosa destilación y al agua pura de manantial, que aporta elementos minerales, el vodka Petra Mora by Baltazares es delicado y amable, pero jamás anodino: seduce con finos aromas de cereal y miga de pan y tiene un paso por la boca redondo y amable, con alguna reminiscencia dulzona.
Con este carácter, este nuevo vodka polaco-andaluz resulta perfecto para saborear frío –que no helado– en chupitos, en la sobremesa, o conjugar deliciosos cócteles. Su otra gran virtud es el precio, mucho más comedido que el de los vodka fashion de última generación.