Dani García
Profesional intuitivo que ha renovado con elegancia el recetario tradicional andaluz. Su gran dominio de la técnica no resta a su cocina ni una pizca de sentimiento. En 2014 inició una nueva etapa profesional al crear el grupo Dani García
Malagueño de casta, siente como pocos la cocina de su tierra. Le entusiasman los espetos de sardinas, las gambas, las cañaillas, la ensaladilla rusa, los boquerones en vinagre y los platos de coquinas. Su aspecto entre distraído e infantil, siempre sonriente y con cara de hombre satisfecho, no le ha impedido abrirse paso firme en los negocios. Tras varios traspiés, en 2014 fundó el Grupo Dani García que hoy se encuentra en plena expansión internacional.
Un cocinero de vocación
Profesional inquieto y curioso, fue el primero en utilizar el nitrógeno líquido en España, tecnología que continúa aplicando a su cocina, aunque ahora despojada del show que representó en otros momentos. Tras cursar estudios de hostelería en la escuela malagueña de La cónsula, se trasladó a Lasarte para trabajar junto a Martín Berasategui, su maestro y quien más ha influido en su cocina. Con sólo 2 años se hizo cargo de la cocina del restaurante Tragabuches de Ronda, donde consiguió su primera estrella Michelín con tan solo 23 años. Los galardones y reconocimientos se suceden; las investigaciones y el trabajo no cesa. Seis años después se traslada al Hotel Meliá don Pepe de Marbella donde inauguró Calima, su restaurante, en el que consiguió dos estrellas MIchelin. «La cocina requiere una reflexión permanente, pero yo intento divertirme siempre», afirma.
Ese espíritu le ha llevado a explorar diferentes cocinas, como la japonesa por la que se confiesa seducido, y a abrir nuevas vías de trabajo: frituras, aceites, paisajes, ovulato… No le importa jugar con las texturas, pero no admite concesiones cuando se trata del sabor «la técnica tiene que estar al servicio del gusto -calara- y eso a veces a los cocineros se nos olvida». Su gran aportación: renovar la cocina andaluza, recogiendo la tradición y pasándola por la vanguardia, gracias a esa mirada genial patrimonio de sólo unos pocos. «Mi cocina -suele decir- es más tradicional de lo que a primera vista aparenta».
Empresario aplicado
Tras la aventura de La moraga, una cadena de locales de cocina de fusión andaluza japonesa, que tras un gran éxito inicial no consiguió consolidarse debido a unos desmesurados planes de expansión, y del fallido Manzanilla en Nueva York, en 2014 se trasladó con todo el equipo -y nuevos socios- al hotel Puente Romano, en el corazón de la MIlla de Oro de Marbella. El cambio fue radical y ha supuesto dos años de trabajo y adaptación. El restaurante pasó de ser Calima a convertirse en Dani García. En un espacio contiguo inauguró Bibo, un local informal pensado para compartir y festejar alrededor de la mesa, que ha sido un éxito absoluto. Además comenzó a gestionar un catering que se ha convertido en uno de los más importantes de España. Desde que él llegó a la plaza de Puente Romano, el lugar se convirtió en punto de encuentro por su buen ambiente y una referencia para los visitantes de Marbella. Cada año celebra las jornadas «A cuatro manos» en las que reúne a algunos de los mejores y más famosos cocineros internacionales.
Después inauguró el concepto Lobito de Mar que ha replicado en Madrid con gran éxito. En 2019, tras conseguir las tres estrellas en la guía Michelin cerró su restaurante de alta cocina Dani García para dedicarse a trabajar en la creación de nuevos conceptos de restauración en el segmento del casual dining. En junio de 2020 inaugura Leña, un asador global, donde antes estuvo Dani García. Tiene proyectos en Madrid, Nueva York, Doha, Londres, etc.
El grupo tiene además una importante división de eventos que dirige Lourdes Muñoz.
Menciones y reconocimientos
Chef de L'Avenir 2006
Premio Nacional de Gastronomía 2008
La manera de lucir y dar a conocer al público todo cuanto se ha logrado en gastronomía me parece un espectáculo, gracias por compartir
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ail.com