Juan Mari Arzak
Lleva 35 años en el podium de los mejores y no hay quien le baje. Carismático y listísimo, personifica la historia de la cocina española. Es un personaje, una leyenda.
Ha pasado de liderar la Nueva Cocina Vasca en 1977 ha estar en el puesto número ocho de la lista 50Best como quien no se entera.
Relaciones públicas nato; embajador por derecho propio de las cocinas vasca y española, este viejo rockero de los fogones es un sentimental que esconde un encanto secreto con el que cautiva a quien lo conoce. Coleciona juguetes antiguos y obras de arte contemporáneo (asesorado por su hija Marta, especialista en arte) y asegura que la vida de un cocinero es fastidiosamente nocturna. Carismático, consentido por sus amigos, juerguista, un poco cascarrabias y demasiado locuaz (no se calla ni de debajo del agua) asegura que para funcionar en la cocina hay que tener entusiasmo y mirarlo todo con los ojos de un niño. "Sin pasión no hay recetas -asegura-. La cocina no es una profesión, es una manera de vivir".
Ha encontado en su hija Elena, el contrapunto perfecto y la heredera ideal. Ha sido capaz de adaptarse a los cambios y sustituir el marmitako y los chipirones por las recetas que le sugieren desde su laboratorio (fundado en 2001) Xabier Gutierrez e Igor Zalacaín, aunque los viejos clientes de las casa se los siguen pidiendo apasionadamente… Y él generoso los prepara.
Menciones y reconocimientos
1974 Premio Nacional de Gastronomía
1984 Mejor cocinero de España Club de Gourmets
1985 Premio Nacional de Gastronomía al mejor restaurante
1992 Premio del arte de la cocina como mejor cocinero de Europa por la Academia Internacional de Gastronomía
1993 Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Ministerio de Cultura Francés