Hace unos días llegaba la noticia, Mulafest, el festival de tendencias urbanas que se celebrará en Madrid hasta el 29 de junio, iba a llevar a sus instalaciones el food truck de cervezas La Virgen. Este camión de comida rápida, o mejor dicho street food (comida callejera) ya hacía las delicias de clientes avezados en Las Rozas, justo enfrente de la fábrica de cervezas.

A este evento festivalero llega esta caravana del amor a la gastronomía: burguer (pan de cerveza negra y semillas de amapola, carne de buey del valle del esla, cebolleta, tomate raf, queso emmental y lechuga Batavia); perrito (pan de cerveza negra con salchicha de tripa natural, guacamole recién preparado acompañado de pico de gallo) y patatas (patatas fritas naturales con piel con salsa de chiles ahumados). Platos firmados, todos ellos, por el argentino Estanis Carenzo, alma mater -o si se prefiere ideologo culinario- de Sudestada, Chifa y Picsa, locales bien conocidos en Madrid.

Ahora es cuándo se preguntará más de uno, ¿cómo es que está en la calle esta furgoneta cocinera? Sencillo, a la espera de una normativa menos restrictiva, se pueden utilizar los food trucks en eventos privados (también se podia ver una de Entre suspiro y suspiro hace unos días en la Plaza de Colón), aunque el mundo foodie se pregunta cuándo evolucionará el tema.

Sedientos de novedad, según se ve en le programa de televisión Comidas sobre ruedas,, son estos locales sobre ruedas los que se están convirtiendo en vehículo -nunca mejor dicho- indiscutible de la fusión, el cambio y la evolución en la gastronomía en las calles. Entre las paredes de estas caravanas se gesta más que el mencionado street food del que todos hablan… por no mencionar que es un medio de salir adelante con una inversión económica ajustada. Varias asociaciones en el país luchan ya para hacerlas más visibles y menos estáticas, para ponerse a las puertas de oficinas remotas o en enclaves apetecibles. Habrá que seguirles la pista.