Comer quesos es un placer que aumenta cuando se compran los mejores y se conservan y sirven en condiciones.


¿Cómo y dónde comprar los mejores quesos? ¿Qué hacer para que no se estropee? ¿Cómo prepararlo? Estas son algunas de las preguntas que se hacen todos los aficionados al queso. Vamos a intentar desarrollar la guía definitiva que responda a las preguntas básicas.

1.- ¿Dónde comprar buen queso?

Si vamos a la carnicería a comprar carne o a la frutería a comprar nuestra fruta o verdura es obvio que para el queso deberíamos ir a la quesería o a una tienda especializada.

Adquirir quesos en una quesería ya es de por sí una experiencia que hay que vivir, al menos, en una ocasión. Mucho más si la quesería te ofrece la posibilidad de visitarla. Hoy en día ya hay muchas que tienen esa opción. Siempre hay que informarse y preguntar con antelación ya que, las que ofrecen esta posibilidad, tienen marcados unos días y horarios concretos.

Lo más probable es que la persona que te atienda esté involucrada en su elaboración y podrá explicarte todo el proceso. Además, tendrás la posibilidad de probar diferentes referencias para que compres la que más te guste. Por último, apúntate un tanto porque estás ayudando al sector primario que lo necesita y mucho. 

Si lo de salir de la ciudad te cuesta más, o quieres hacer compra de diferentes queserías, dispones de muchas tiendas especializadas. Estas son 10 tiendas de queso en Madrid que nos encantan. En ellas encontrarás profesionales que te ayudarán a elegir tanto los quesos como las cantidades entre una infinidad de variedades de todo el mundo. Sí, también podrás probarlos. Para los dependientes es importante saber qué tipo de quesos te gustan para orientarte  mejor y acertar en la selección. Además, estos establecimientos te dan  la opción de comprar la cantidad que más te convenga si tener que llevarte a casa 300 grs de cada referencia (es el peso que, normalmente, venden las grandes superficies).

Es importante que compres  solo el queso que puedas consumir en catorce días. Seamos realistas, nuestras neveras no están preparadas para conservar los quesos como deberíamos. ¿Llevarte un queso Manchego de tres kilos? Sólo si es para fraccionar y regalar entre la familia. Por cierto, el vacío es uno de los enemigos declarados del queso. Pasados unos días sin que consumas esos quesos puede que te encuentres con que alguno haya desarrollado moho y en tu cocina es como si hubiera ocurrido una hecatombe. Si esto te pasa límpialo con una servilleta de papel húmedo o sácalo con la punta de un cuchillo. Emergencia nacional salvada y a seguir disfrutando.

 

2.- ¿Cómo conservarlo en casa? 

Lo más cómodo y fácil es dejarlo en el mismo papel con el que lo envuelven en las tiendas especializadas. Están preparados para ello. Personalmente, los quesos azules los suelo poner en un recipiente aparte envuelto en papel parafinado para que no contamine el resto de los quesos que hay en la nevera. Es preferible colocarlos en la parte menos fría del frigorífico, normalmente es la parte de los cajones de la fruta y verdura.

Queso Pata de Mulo de Hermanos Gamazo, perfectamente envuelto

Si optas por el papel film deberás hacerlo con mucho cuidado, este debe estar totalmente pegado al queso para que no quede aire entre el film y el queso. Quizás sea un inconveniente cuando te diga que esta opción es válida si cambias el film mínimo cada dos días. O cada vez que consumes. La otra opción es el llamado papel vegetal o de horno. 

 

3.- Así se prepara para comerlo

Los quesos necesitan atemperarse, alcanzar su temperatura ideal para que puedan desplegarse y mostrar todas sus cualidades. Un queso frío no nos sabrá a nada y será un queso “plano”. Si cuando llega la hora de tomarlos (por lo general, como final de la comida) siguen apeteciendo estarán a punto para degustarlos. En caso contrario, volverán a la nevera y no habrá pasado nada (salvo que no se habrán comido).

Necesitan un mínimo de treinta minutos para estar en estado óptimo en condiciones normales. Si lo que tienes es un queso envasado al vacío, amplía ese tiempo a una hora generosa.

El vacío es válido para cuando se viaja con la condición de que cuando se llegue a destino se retire el envoltorio para que el queso respire. No le habrá dado tiempo a dejar ese sabor a “plástico” en el queso, pero habrán estado protegidos durante el viaje.

 

4.- De esta forma se degusta un queso

Sabemos que la comida nos entra por los ojos. Nos hemos preocupado por ir a comprar nuestros quesos al lugar idóneo, los hemos conservado en casa en el lugar correcto y además los hemos sacado con tiempo y antelación suficiente para que se atemperen. Entonces, ¿por qué no ponerle un poco de cariño al asunto?

No pongas los quesos sin ton ni son encima de la mesa. Dedica unos minutos a cortarlos (sí, lo sé, cada queso suele tener su corte) y a buscarle un acompañamiento que tengas a mano. Lo más fácil es la fruta de temporada o unos frutos secos. Unos gajos de mandarina o incluso unas tiras de pimiento le van a dar color. También puede ser un membrillo casero, confitura o mermelada.

Si tienes un plato tipo pizarra o de madera ya es de medalla, aunque sinceramente, en un plato bonito (quizás alguno desparejado, herencia de una madre o abuela) también será un éxito.  Aquí te explicamos cómo montar una tabla de quesos.

tiendas quesos madrid

No hay que complicarse mucho la existencia, se trata de ponerle cariño. El triunfo llegará de mano de los quesos y ese toque personal que le puedas aportar.

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Ana Belen González Pinos

Ana Belen González Pinos

Consultora y Formadora Gastronómica especialista en Quesos Artesanos y Vinos de Jerez. Juez Catadora Internacional de Quesos. Formadora para la alta restauración en implantación tablas y mesas de quesos.

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