¿Qué beber con cada queso? Las armonías ideales
Más allá del gusto personal, hay algunas combinaciones que funcionan mejor que otras. Los vinos de Jerez no fallan
Cuando preparamos una tabla de quesos siempre surge la misma duda ¿Qué beber con cada queso? ¿Cuales son las armonías ideales? ¿Solo vino o más cosas?
Ante la variedad, cantidad y calidad de quesos que hay en España, por no hablar de los del mundo, no es difícil encontrar bebidas -no solo vino- que los acompañen de maravilla. Prácticamente todos los días sale al mercado un nuevo producto que se fija en el mundo del queso.
No hay límite a la hora de experimentar combinaciones, la única cortapisa está en las ganas de explorar y probar. Es un viaje lleno de satisfacciones que enriquece los sentidos.
Vinos y queso: el triunfo del Jerez
Esa costumbre tan española de tomar el queso de oveja curado (tipo manchego) con vino tinto no es la más acertada. Debido a los taninos, el vino tinto tapa el queso, sus aromas más delicados. De ahí el dicho “que no te la den con queso”, porque con queso todos los tintos parece buenos, aunque el queso se desdibuje. Pero, si te gusta, adelante. Aquí la única regla es que cada cual disfrute como mejor le parezca. Lo más adecuado para los quesos suaves son los vinos blancos o rosados, mucho más delicados. A mayor intensidad en el queso buscaremos vinos que tengan más “cuerpo” como blancos sobre lías o que hayan estado en barrica.
Sin embargo, los vinos españoles que mejor armonizan con el queso, con todos los quesos, sean los vinos de Jerez. Es una apuesta que nunca falla. Amontillados y olorosos proporcionan unos matices que otras bebidas no son capaces. Prueba a tomar un mismo queso de cabra, por ejemplo, alternando los dos generosos. Dudarás que sea el mismo: con uno notarás pipas de girasol mientras que con otro te saldrán notas de avellana y nuez.
Los vinos dulces como Pedro Ximénez, Oportos o Cream armonizan de maravilla con los quesos azules. Es un clásico.
La regla de oro es que ambos, vino y queso, tienen que estar al mismo nivel para poder apreciarlos en igualdad de condiciones.
Armonías con cervezas
Las cervezas artesanas ofrecen muchas similitudes con el queso (levaduras, notas florares, frutas…) por lo que son una perfecta pareja de baile. Recordemos que la cerveza es un pan líquido, así que bien puede desempeñar idénticas funciones. Esas mismas levaduras también nos ayudan a limpiar el paladar, algo imprescindible para tener una experiencia notable entre queso y queso.
Una sugerencia, los quesos más grasos armonizan con cerveza de alta graduación. A los azules les va mejor una Imperial IPA y con los semicurados se puede jugar con cualquiera, casi todos los estilos de cerveza van con él.
El dilema de las burbujas
Cava y Champagne no siempre funcionan bien con los quesos. Las “burbujas” limpian el paladar constantemente (como las cervezas artesanas) y aportan glamour, pero eso no basta. A la hora de armonizar hay que ser mucho más cuidadoso, porque a veces la sequedad de estas bebidas y su exceso de notas cítricas dan al traste con la armonía. Precisamente por eso son especialmente complicados los maridajes de burbujas y quesos azules, que agradecen un punto dulce.
Pero ¿A quién no le gusta una copa de champagne? Coco Chanel decía que sólo lo tomaba en dos ocasiones: cuando estaba enamorada y cuando no. Seguro que lo hacía con algo de queso.
Sidras, sakes y otras posibilidadedes
En ambos casos jugamos con una gran carta: la acidez. Cuando es extrema va bien con quesos de larga maduración, pasta cocida o los azules. Erigiremos las sidra dulce para los quesos ácidos (cabra, pastas blandas, frescos..) o si eres de extremos con un azul.
Por último, y no menos importante, también comentar que hoy en día se puede acompañar el queso casi con cualquier cosa que se te ocurra. Ya se han hecho muchas catas con Brandy de Jerez, incluso hay quesos que tienen su corteza lavada con él. También se añade a la lista whisky de malta, ron o vermut por ejemplo. Se juega con maduraciones, contrastes, afinidades Otra de las bebidas con las que podemos atrevernos es con el Sake. Un dulce le va muy bien a los quesos de cabra, el sake pronunciado a pastas cocidas tipo Comté y el dulce y aromático con quesos de corteza lavada. Para finalizar, el Sake añejo hace las delicias de los amantes del queso azul.
Café y té se unen a la lista. En el norte de Europa, en algunas zonas de Latinoamérica, o más cerca, en Canarias es usual tomarlo con café (sí, aunque te parezca raro). Cultivo y la Tetera Azul lanzaron allá por el 2018 una línea de bebidas calientes para acompañar los quesos.
Las posibilidades son infinitas, tantas como tu imaginación o atrevimiento te permitan. Aquí no hay nada escrito, todo es válido y más si esa combinación es la que más te ha gustado. No hay un queso para cada persona: hay quesos para momentos, para lugares, para compartir, para una velada romántica o una noche salvaje. Para leer o buen libro o ver una buena película clásica….
Te dejo una última sugerencia; cuando no sepas con qué acompañar un queso, consigue cualquier bebida de la misma zona (ya sea vino, cerveza, sidra…), la armonización de territorio siempre va bien. A veces, el mejor queso y el mejor vino no son los que más te gustan, pero no importa. No siempre hay que hacer caso a los expertos.
Brillante s consejos por concisos, acertados y amenos. Este post me lo guardo, y pienso seguir mas de cerca lo que escribes