Quiche de queso y cebolla
El queso es uno de esos ingredientes versátiles que pueden ayudarte, más allá del aperitivo, a preparar diferentes platos y postres sencillos pero sabrosos y nutritivos. Hoy te dejamos una receta fácil de preparar Quiche de queso
Ingredientes
- 200 g de queso de untar
- 1 lámina de masa quebrada y brisada redonda
- 2 cebollas grandes
- 100 g de queso de cabra
- 500 ml de nata líquida
- 4 huevos
- Aceite de oliva virgen
Preparación
Desde la Organización Interprofesional Láctea (INLAC) animan a utilizar este ingrediente saludable.
Conviene recordar que el queso es todo un ‘delicatessen’ lleno de nutrientes. Contiene proteínas de alto valor biológico, superior incluso a la leche. El queso es un alimento rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio. El queso también es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destaca la B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).
Queso y alimentos de temporada pueden ser aliados perfectos para fomentar una alimentación sostenible y saludable.
- Precalentamos el horno a 220º C con calor por arriba y abajo.
Colocamos la masa preparada sobre un molde redondo de unos 22 cm de diámetro. Con la ayuda de un tenedor, pinchamos por toda la lámina y lo introducimos en el horno unos 10 minutos. Podemos utilizar el clásico truco de las legumbres en seco para evitar que la masa se hinche. - En cuanto al relleno, picamos las cebollas y sofreímos en una sartén con un poco de aceite.
- Por otro lado, en un bol agregamos la nata líquida, los huevos y el queso de untar. Batimos hasta obtener una mezcla homogénea. Salpimentamos e incorporamos el queso de cabra desmenuzado.
- Cuando las cebollas se hayan pochado, las añadiremos en la masa. Mezclamos con suavidad todos los ingredientes y vertemos en el molde cuando la masa quebrada o brisada esté lista.
- Introducimos la quiche en el horno a 220º C durante 15 minutos. Después bajamos la temperatura a 150º C y dejamos que se cocine unos 45 minutos más. Sabremos que está lista cuando la superficie haya cuajado y esté dorada, y la masa quede crujiente.