Quiche de queso y cebolla
Es una receta «fondo de armario», sencilla y resultona, que nos puede sacar de apuros en cualquier momento. Gusta a todo el mundo y es fácil de hacer.
Ingredientes
- 200 gr. de queso de untar
- 1 lámina de masa quebrada redonda
- 2 cebollas grandes
- 100 gr. de queso de cabra
- 500 ml. de nata líquida
- 4 huevos
- Aceite de oliva virgen
- Sal y pimienta
Preparación
Una receta sencilla y resultona. Una quiche de queso y cebolla siempre es una buena opción para cenar con una ensalada o montar en un bufet con distintas propuestas, por ejemplo, en un cumpleaños. También se puede llevar una porción a la oficina a la hora de comer, o preparar como detalle culinario si se va como invitado a casa de unos amigos: da mucho juego.
Esta que os brindamos hoy es una elaboración que nos ha llegado de la mano de la Organización Interprofesional Láctea (INLAC), que engloba a todo el sector lácteo en España. Desde este organismo se ha puesto en marcha una campaña, «Quesea» para divulgar y promover la oferta de quesos de origen nacional. Con esta quiche de queso y cebolla
Preparación:
- Precalentamos el horno a 220 ºC con calor por arriba y por abajo
- Colocamos la masa sobre un molde redondo de unos 22 cm. de diámetro. Con la ayuda de un tenedor pinchamos toda la base. Metemos en el horno 10 minutos (podemos colocar sobre la base legumbres secas para evitar que la masa se hinche).
- Preparamos el relleno picando las cebollas, que sofreímos en una sartén con aceite.
- En un bol agregamos la nata líquida, los huevos y el queso de untar. Batimos, salpimentamos e incorporamos el queso de cabra desmenuzado.
- Cuando las cebollas estén pochadas, las añadiremos a la mezcla de nata, queso y huevos, removiendo bien pero con suavidad.
- Una vez que la masa quebrada esté horneada, añadimos el contenido del bol, con la cebolla y resto de ingredientes.
- Introducimos la quiche en el horno a 220 ºC durante 15 minutos. Después bajamos la temperatura a 150 ºC y dejamos que se cocine unos 45 minutos más. Sabremos que está lista cuando la superficie haya cuajado y esté dorada, y la masa quede crujiente.