Miguel Carretero transforma Santerra con la bandera de unas croquetas de concurso.
Ambiente ochentero, que hace un guiño a la movida madrileña, y oferta gastronómica singular.
El último cine porno de Madrid se reconvierte en centro cultural con proyecciones, ciclos y conferencias… También se puede picar algo.
Buen producto, calidad, originalidad y creatividad en pleno centro sevillano.
Para compartir, a cualquier hora del día, disfrutando de la fusión.
Fusión con sentido. Esta “casa de comidas” (como reza su nombre), funciona notablemente con una desenfadada oferta de cocina fusión, con influencias de Latinoamérica y Asia, de ahí el nombre combinado de” Latasia”. En concreto, juega con sabores de Perú y de diferentes partes de Asia: India, Filipinas, Japón, China, Tailandia o Singapur, integrados en muchos casos con la cocina española, casi siempre de forma acertada. Así podemos encontrar, unos callos a la madrileña con curry rojo tailandés, un tiradito peruano de zamburiñas gallegas, un ramen japonés de cocido madrileño o unas gyozas de morcilla de Burgos.
Es el sueño de una noche de verano. Una terraza espectacular en una masía con dos siglos de historia. Jardín, chill out y cenas desenfadadas con tapas y cócteles para degustar en un balcón con vistas al Ampurdán, en pleno corazón de la Costa Brava.
Si aprecias la carne de calidad en todas sus formas (chuleta, filete, costilla, carpaccio, hamburguesa…) te gustará el meatbar (bar de carnes) del cocinero Dani Lechuga, especialista en cocinar piezas de angus, wagyu o charolaise. Así fue nuestra visita.
Un nuevo concepto de bocadillo y de bocadillería. La butifarra se convierte en un contenedor de sabores: setas, calçot, pollo asado, queso azul… Preparadas a la brasa y en un pan delicioso, son irresistibles.
Gran cocina asturiana con especialidades como los fritos de pixin y surtida barra de tapas: ensaladilla, croquetas, empanada… y las mejores anchoas de Madrid.