Julia Pérez Lozano

Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM. Especialista en gastronomía. Autora de numerosos libros y guías. Trabaja con lo que más le gusta: las palabras y los alimentos.

Publicado 06/03/2019

El mérito de este bar venido a más, desde cuya terraza se roza el agua del malagueño puerto de Caleta es que compran los pescados y mariscos en la lonja y los preparan con sencillez siguiendo el rastro de las recetas marineras de la zona.

Sebastián Martín, el propietario de Chinchín Puerto, fue patrón de barco 30 años. Él enseñó a su yerno Marcos Fernández el arte de reconocer el buen pescado y comprarlo. Ahora él se encarga de ir cada tarde a la lonja para abastecer la cocina de Lourdes Villalobos (y su ayudanta Belén Abad), quien ha pasado al restaurante las recetas de su casa. El ajoblanco con coloraillos o ganchitos, los manojitos de boquerones fritos (auténticos de Caleta), las almendritas a la plancha, el pez san pedro con la piel hecha chicharrones y la carne a la plancha… Tampoco faltan los espectaculares langostinos de la bahía (en los que el intestino no se ve), las cigalas a la plancha o las quisquillas de Caleta, idénticas a las de Motril. Todo se tarifa cada día al precio de mercado.

En la sala, Marcos sirve los pescados y mariscos explicando de qué barco proceden, el nombre del patrón y el arte de pesca. Así se cuida el producto y se le da valor. Un local sencillo, pero muy convincente, al que merece la pena seguir la pista.