Restaurante Omeraki (Madrid)
Alberto Chicote recupera sus platos de fusión más famosos junto con otros de nuevo cuño y propone un viaje por los sabores del mundo
DIRECCIÓN: Duque de Sesto, 27 Madrid (COMUNIDAD DE MADRID) .ESPAÑA
CONTACTO: 910 88 03 26 http://www.omerakirestaurante.com/
Omeraki (Madrid) el nuevo restaurante de Alberto Chicote e Inma Nuñez ya es una realidad. Ocupa lo que fuera un antiguo garaje en el barrio de Retiro. Muchos metros y grandes tragaluces por los que entra el sol. Las fotos no le hacen justicia. Un espacio singular, con aire nórdico, que no deja indiferente, y que se desdobla según sea de día o de noche creando ambientes bien distintos. Dos cocinas, una al fondo, abierta. Y otra en el centro de la sala en la que oficia Chicote cuando sus compromisos televisivos se lo permiten. De momento ahí está, día y noche, poniéndolo todo a punto, repasando y afinando platos junto a su equipo.
El rey de la fusión
Muchos opinamos que el personaje televisivo ha eclipsado a uno de los grandes cocineros españoles. Aunque tal vez el eclipse comenzó antes de que la tele llamara a su puerta, cuando las cosas ya no eran como él quería. El que ahora da las campanadas de fin de año junto a la Pedroche en Antena3 fue a finales de los años 90 del siglo pasado el adalid de la mejor cocina de fusión en España. Un cocinero talentoso y libre que hizo del restaurante Nodo un hito en el panorama gastronómico español. Después llegó Pan de lujo.
En ambos se preparaba una receta que Alberto Chicote ha recuperado para Omeraki (Madrid): tomates semisecos con caballa. Un plato icono, que se ha replicado hasta la saciedad. Quien lo prueba no lo olvida. «Iré incorporando platos de los de entonces, pero tampoco quiero vivir de las rentas -me dice Chicote- me apetece mucho cocinar cosas nuevas».
Otro de sus productos fetiche es el atún, su tataki de atún con ajoblanco nos abrió a unos cuantos los horizontes culinarios. Ahora prepara el pescado en la robata (parrilla japonesa) carameliza parte de la grasa de la ventresca y la sirve con un jugo concentrado, muy goloso, de las propias espinas, alga codium y un toque de soja. Sin embargo, el corte no es limpio y quedan restos de tejido que dificultan la masticación.
Solo menú degustación
En Omeraki (Madrid) no hay carta, sólo dos menús degustación de diferente extensión y precio (79 y 97 euros) en los que el comensal elige el plato principal entre varias opciones. Cambian continuamente, al ritmo de la inspiración de Chicote y del veterano Jesús Almagro, el jefe de cocina en quien ha puesto su confianza.
Platos viajeros, que tiran de la despensa global como si fuera propia y que miran a Japón y al sudeste asiático para encontrar inspiración. También coquetean con las técnicas de la cocina española de vanguardia (espumas, aires, sferificaciones) pero sin que pasen de ser un guiño. Chicote apuesta por la sencillez, al menos aparente. A las mantequillas de polen y wasabi, bastante logradas, se añade un bocado de vermut con gel de aceitunas. El aperitivo se redondea con una croqueta de compango y unos «minutejos«, crujiente sandwich de oreja de cerdo.
La magia de la despensa global
Fiel a su estilo, Chicote se atreve con todo. Maneja con la libertad que da el conocimiento y la falta de prejuicios recetarios planetarios. Del gazpacho, preparado con verduras asadas (receta que se hace en Madrid desde hace muchos años), se acompaña con sorbete picante de fresas -uno de los mejores platos del menú- al chili crab singapurés elaborado con bogavante, pasando por el francés patê en crôute o el sudado peruano. Un abanico de sabores y sensaciones dispares, no todas igual de logradas.
En el pâté en crôute se perciben algunas carencias. Falta de cocción en la masa y poca chispa en el relleno. Más logrado el vacío de buey wagyu (nacional) macerado, marcado a la brasa y aliñado con chimichurri y pimienta sansho. Un bocado sencillo en el que el aliño logra restar pesadez a la carne, siempre excesivamente grasa.
En los nigiris, elaborados por el propio Chicote, como inicio del menú, el corte del pescado es impecable pero el arroz es mejorable: un punto de acidez y más ligereza.
Es atrevida y resultona la forma de presentar el edamame (judías de soja), aperitivo tradicional japonés. En un destello de talento, Chicote las convierte en un plato de verdura aliñándolas con un caldo emulsionado con mantequilla. Resultan agradables las notas quemadas de la verdura matizadas por los toques lácteos de la salsa y la propia potencia de la clorofila. Excelente.
En el chili crab de bogavante el picante está muy controlado, tanto que de chili le queda poco, sin embargo el guiso es fragante y sabroso. Un acierto. Aunque el crustáceo -super jugoso- se presenta con cáscara, está precortado para poder comerlo con facilidad. La torta de patatas -smash brown típico norteamericano- con la que se sirve es perfecta para mojar la salsa y disfrutarla. Un plato que no defrauda.
Sin embargo, el sudado de rodaballo se queda desdibujado. Ni el pescado ni las verduras tienen la garra de la especialidad peruana. En el pollo con chalotas destaca el tratamiento de los vegetales y la textura jugosísima de la pechuga de ave, con su salsa brillante y bien ligada. La albóndiga con el núcleo de cacao es un bocado original que invita a repetir.
Margen de mejora
Omeraki (Madrid) pretende ser un restaurante con buen nivel gastronómico pero intencionadamente informal. Por eso los camareros son cercanos y tratan de crear una relación distendida con el comensal. El equipo está aún en rodaje, adaptándose al espacio y a los continuos cambios de carta, lo que dificulta que atinen a la hora de responder las preguntas de los clientes más curiosos. Les falta conocer mejor los platos para poder explicarlos con soltura y no como una retahíla aprendida de manera mecánica. Inma Núñez fomenta que interactúen preparando algunas recetas ante el cliente, como el ajomortero que en una versión libre combina ajo negro, ajo asado y ajo encurtido. Un majado racial al más puro estilo español.
Los postres son previsibles y facilones. Como suele suceder la cocina dulce está un escalón por debajo de la cocina salada. Solo la torta de tapioca se desmarca y ofrece un punto de originalidad. El flan y la tarta de queso son mejorables.
Por el contrario, la carta de vinos está muy bien pensada con multitud de referencias nacionales e internacionales algunas de ellas a precios muy interesantes. Recién puesto en marcha habrá que ver como evoluciona esta fórmula pensada para acercar a todos los públicos la cocina más elaborada, sin intimidar.
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INSTALACIONES | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 7 |
Sala | 7 |
Aseos | 7 |
Bodega |
SERVICIO | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Servicio sala | 6 |
Servicio vinos | 6 |
EQUIPAMIENTO | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 6.5 |
Lencería | 6 |
Vajilla | 6.5 |
Copas | 6.5 |
COCINA | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 6 |
Cocina | 6 |
Grado de innovación | 7 |
Presentación | 6 |
Pastelería | 6 |
Equilibrio en los platos | 7 |
Calidad materia prima | 7 |
Valoración dietética | 6 |
COMPLEMENTOS | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 6 |
Café | |
Pan | 6 |
Aceite | |
Infusiones |
BODEGA | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 6 |
Licores | |
Relación calidad/precio | Buena |
ELEMENTOS AMBIENTALES | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Valoración general | 7 |
Ambiente | 7 |
Decoración | 7.5 |
Zona de copas | |
Ruido | 6 |
Iluminación | 7 |
Espacio | 7.5 |
Confort | 6 |
PRECIO | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Relación calidad/precio | Regular |
Relación precio/placer | Buena |
GENERALES | PUNTUACIÓN [0-10] |
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Puntuación total | 6 |
El chef: Alberto Chicote
Fue capaz de abrir nuevos caminos y crear un estilo propio de cocina, mezclando ingredientes, sabores y técnicas dispares. Ahora vive inmerso en una Pesadilla en la cocina.
Es increíble como se reúnen algunos envidiosos a buscar todas las falencias que “afecten” a pocos o simplemente crean la idea que algo está mal en el sueño de alguien solo porque no son los suyos.
Solo porque una persona se ha hecho conocida en la tele con la cocina, y ha montado un espectacular proyecto que tantos desearían y no han podido.
Lo que quiero decir es que: Como decimos en mi país: LA ENVIDIA MATA MÁS GENTE QUE EL CÁNCER.
El pasado 5 de Octubre un día especial para mi ,de manera espontánea fuimos mi marido y yo a comer ,sin reserva .Ha sido una de las mejores experiencias que hemos tenido ,el trato excelente, el menú homenaje espectacular…nos pareció una maravilla. TODO detalles ,mesas ,posa cubiertos ,vajilla …decoración.
Como ya he dicho el trato fue excelente ,pero creo que me quedo corta …El Sr.Chicote una vez más ha sabido mantener a su alrededor ,personas muy válidas y que son auténticas joyas .
GRACIAS .
Algún que otro vecinon del Barrio de Salamanca me ha comentado que tiene encabronado a todo un patio residencial por los ruidos, humos y demás molestias derivadas de montar una industria en zona residencial. Se lo acabarán cerrando porque difícilmente se puede combinar show excéntrico con la tranquilidad de los vecinos. Para montar una industria están los polígonos, no los barrios. Muy bonito dentro y las molestias fuera, y la prole de paletos palmeros aplaudiendo. De nada vale emprender algo así cuando se esta jugando con la salud de los vecinos.
Es una vergüenza que este restaurante acumule cada día más y más denuncias de los vecinos, que tienen que soportar una nefasta instalación de salidas de humos y climatización. Eso sí que es una auténtica pesadilla. Probablemente el local acabe cerrando por incompatibilidad con el uso residencial. Y de la prepotencia del TV-star, mejor ni hablar…