Isabel Conde

Periodista licenciada en la UCM se ha especializado en gastronomía porque es su pasión. Nos mantiene al día de las novedades de Barcelona, entrevista a cocineros y realiza interesantísimos reportajes sobre tendencias, novedades, etc.

Publicado 25/07/2024

VALORACIÓN 7.5/10

Lo efímero es siempre más deseable. A todos nos entra una indescriptible prisa cuando te recuerdan que algo es temporal, aunque te den un margen largo para disfrutarlo. Como es este caso, hasta el mayo de 2025. «¿Pero… para qué esperar?», me dije. Y con ese ánimo de darme margen, visité Vraba hace unas semanas. Previendo que el tándem Ventura – Vilà me dejaría con ganas de repetir y que querría volver. No me equivocaba.

Jordi (Alkimia, 1 estrella Michelin) y Albert (Coure) comparten un respeto que casi podríamos denominar “sagrado” por el producto de primera calidad. Que para ellos siempre va de la mano de un compromiso con el proveedor local y el respeto por el entorno. De hecho, su caso no podía ser más Mediterráneo, pues está situado en pleno Moll de la Fusta, en el Port Vell (Puerto Viejo) de Barcelona. En la parte de arriba del recién inaugurado Museo America’s Cup Experience con vistas inigualables – y poco vistas para los locales-  al skyline de la Barceloneta, al puerto viejo, y de fondo, al mar.

Comparten también una manera muy particular y totalmente complementaria de entender la cocina: la suya posee una base tradicional muy presente, con un dominio poco común de la auténtica cocina catalana. En Vraba, añaden además a la ecuación un interesante protagonismo de la brasa y una cuidada selección de platos japoneses. Haciendo del restaurante una propuesta poliédrica, muy completa, de platos pensados para compartir en el centro de la mesa y pasárselo bien.

Conscientes de que la Copa América convierte su emplazamiento en uno de los centros turísticos de la ciudad, han querido hacer guiños internacionales en la bodega y en la carta, y con propuestas para todos los públicos: familias, amantes de la cocina healthy, foodies, jóvenes de espíritu que buscan el ambientazo que se crea en el local por las noches de jueves a sábado con un DJ. Ojo además a los cócteles de autor, inspirados en los equipos participantes en la Copa América. Que son muy recomendables para maridar la experiencia.

Una propuesta poliédrica con vistas al puerto de Barcelona

En Vraba, se pueden seleccionar platos a la carta, pensados para compartir. O se puede optar por una fórmula de menú de dos platos (a escoger entre ocho opciones) con bebida y postre por 50 euros. Para los que quieran controlar el gasto. Ya que es muy fácil caer en la tentación con la extensión de su carta y lo atractivo de la propuesta. Si te descuidas, pecas, o no te queda más remedio que volver para poder probar todo lo que te apetecería. 

Destaca su carta de cócteles de autor con corte internacional en honor a los participantes de la Copa América.

Comenzamos la experiencia con la versión en snack de un ceviche de pez limón, servido sobre cáscara de lima. Un inicio de menú que apunta maneras, como un aviso a navegantes del nivel del restaurante.

Seguimos con otro pequeño bocado a recordar, la croqueta de bikini con trufa. Un nuevo formato del bikini trufado bastante instalado en algunos restaurantes de buen nivel de la ciudad condal, tales como Tapas 24, de Carles Abellan, y Casa Luz y Bar Alegría, de su hijo, Tomás Abellan. La croqueta tiene toda la potencia de sabor del bikini (o sándwich mixto, como dicen en Madrid), y un toque de mayonesa de trufa por encima. Por lo que es recomendable comérsela en un par de bocados.

La influencia japonesa se abre paso en este estadio del menú en una versión interactiva de sashimi de pez limón, calamar, bonito, atún (toro) y salmón: el plato se presenta con las algas, los cortes de pescado – trabajados por el chef Nao. Procedente de una estirpe legendaria de sushimen japoneses-, y el arroz por separado. Una propuesta de Do It Yourself para estas piezas de pescado en el formato que prefieras: nigiri (con el arroz), maki  (con el arroz y el alga) o sashimi (solo el pescado).

La propuesta de brioche de bogavante con salsa holandesa supone una consolidación del formato brioche con marisco como plato de éxito en las cartas de los restaurantes cosmopolitas, con la puntualización de que la cantidad de salsa, a pesar de no ser especialmente potente, enmascara un poco en exceso el sabor del bogavante, detalle que queda olvidado cuando muerdes el brioche y te chupas los dedos.

1.- Ceviche de pez limón sobre una cama de lima. 2.- Croqueta bikini con trufa. 3.- Sashimi de pez limón, calamar, bonito, atún (toro) y salmón. 4.- Brioche de bogavante.

Con el Tartar de ternera y tuétano, el producto vuelve a ser protagonista. Tanto que te quedas con ganas de más si compartes el plato.

Y llegamos al ocaso del menú, el último plato salado de la propuesta, el solomillo Wellingtoff.  Se trata de una versión “Venturavilizada” de un clásico de la cocina británica. Un extremadamente tierno filete de ternera, envuelto en una capa de champiñones y foie gras, con una base de hojaldre crujiente que marca la diferencia. Probablemente uno de los mejores platos del menú.

Con el postre denominado Copa América recordamos la maravillosa excusa que ha unido a Albert Ventura y Jordi Vilà en esta aventura y nos lanzamos a un final de menú con varias capas: cassis, bizcocho de almendra,  helado de café, crema de miel, chantilly y pistachos, que aportan un toque de textura crujiente.

Huelga decir que la Copa América es un evento deportivo de enorme repercusión internacional y que mueve miles de millones de euros. Sin embargo, el público general español la conoce y la sigue poco, más allá de los aficionados a la vela -que no son muchos.

Solomillo Wellingtoff

Pero si sirve para unir talentos locales, de dos cocineros que no suelen aparecer en medios de comunicación porque son dos chefs de esos de full time en la cocina y no demasiado amigos del “falso glamour” y la locura de las galas del mundo de la gastronomía, pues bienvenido sea.

Si además sirve para dar una segunda oportunidad a la zona del puerto viejo de cara a los locales, que llevan años dando un poco la espalda a esta parte de la ciudad por la masificación turística del entorno, pues estamos de enhorabuena. ¿Quién sabe? Puede que Ventura y Vilà abran la veda del interés foodie por la zona y que ese relevo lo recoja el Time Out Market. Ya se ha confirmado que se abrirá en esa zona en Barcelona y que planea apostar por el talento de chefs locales. A reconquistar el puerto se ha dicho.

Hay rumores que apuntan a que, tal es el entendimiento entre los chefs, que esta podría no ser su última colaboración. O que el restaurante podría perdurar más allá de mayo de 2025. Pues que así sea.

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