Cuesta entender que la manzanilla, un vino tan antiguo, cumpla tan sólo 50 años. Pero es que el asunto tiene tralla: al comienzo de los años ’30 del siglo pasado, cuando se sentaron las bases de la reglamentación vinícola en España, la manzanilla de Sanlúcar de Barrameda contaba con el beneplácito oficial para convertirse en una de las primeras Denominaciones de Origen, ya que se consideraba como lo que es: un vino histórico de una comarca consagrada ancestralmente a su producción.

Pero, a pesar de que existió durante los primeros años de aquella década un comité encargado de sentar las bases para la D.O. Manzanilla, finalmente se decidió acoger este vino a la D.O. Jerez, situándolo como una tipología más (al igual que el fino, el oloroso, el amontillado, etc.).

En las siguientes décadas, algunas dediciones polémicas y un cierto mareo institucional pusieron en entredicho que la manzanilla pudiera considerarse como un vino qué sólo puede proceder de Sanlúcar de Barrameda. Sobre todo, porque el pueblo de Manzanilla, en Huelva, también exigía el derecho a esa denominación.

Finalmente, la lógica se impuso y el 15 de diciembre de 1964 se creaba la D.O. Manzanilla, que aunque comparte estructura y autoridades con la D.O. Jerez-Xérès-Sherry, cuenta con la autonomía para certificar y proteger la única manzanilla posible: la de Sanlúcar de Barrameda.

Dicho esto, no queda más que celebrar el 50º aniversario de la oficialidad de la manzanilla, un vino imposible de clonar, cuyo carácter conjuga el perfil de las uvas de la variedad palomino que crecen en los viñedos del sur del sur, en suelos de blanquísima albariza, con los matices que imprime la crianza según el sistema de criaderas y soleras en las amplias naves de la villa de Sanlúcar, con la impronta de un microclima muy específico, marcado por la proximidad del océano Atlántico.

La manzanilla es un vino que enamora y que desde luego no es un uno sólo: hay muchas manzanillas posibles, desde las más sencillas y jóvenes, donde los matices salinos y minerales se expresan de la manera más nítida, hasta las pasadas, que extienden su crianza para adquirir una mayor complejidad y ligeros apuntes de oxidación.

En síntesis: hay muchas manzanillas para disfrutar. Como estas que aquí recomendamos:

1- Manzanilla Solear

Bodegas Barbadillo

75 cl

PVP: 6 €

Es el emblema de Barbadillo, la bodega más grande de Sanlúcar, y la primera que presentó al mercado una manzanilla embotellada. Fina, fresca y plena de carácter, es el modelo más exacto de este vino tan seductor.

2- Manzanilla La Guita

Hijos de Rainera Pérez Marín

75 cl

PVP: 6 €

Marca de referencia en el ámbito de la manzanilla, La Guita ha experimentado un considerable salto cualitativo desde el Grupo Estévez se ha hecho con la propiedad de la bodega. Sin duda, es mérito de Eduardo Ojeda, director técnico del grupo jerezano, que La Guita haya recuperado su sitio como una de las manzanillas con mejor relación calidad-precio del mercado.

3- Toneles Gordos

Bodegas Delgado Zuleta

A granel

PVP: 6 € / litro

Una manzanilla monumental que, para desgracia de aquellos que no vivimos en Sanlúcar, sólo se vende a granel en la propia bodega. De modo que hay que darse una vuelta por la cuna de la manzanilla para probar este vino delicioso, fresco y pleno de carácter, recién sacado de las propias botas de Delgado Zuleta.

4- Manzanilla pasada Xixarito

Bodegas Barón

75 cl

PVP: 8,5 €

Las longevas bodegas Barón –cuya actividad se remonta al siglo XVII– revolucionan el mundo de la manzanilla con Xixarito, una pasada en todos los sentidos, que sorprende tanto por su expresión madura y persistente como por su imponente presentación. Desde luego, una manzanilla única.

5- Manzanilla Solear en rama. Saca de…

Bodegas Barbadillo

37,5 cl

PVP: 9 €

Esta manzanilla en rama –embotellada sin filtrar ni estabilizar– es una de las joyas de Barbadillo, y se extrae puntualmente de las botas cuatro veces al año, coincidiendo con las estaciones; cada una de ellas tiene diferencias organolépticas, aunque siempre se trata de vinos finos, delicados, frágiles y tremendamente seductores.

6- Manzanilla pasada Pastrana

Vinícola Hidalgo

75 cl

PVP: 12,90 €

Pastrana no sólo es una manzanilla pasada –sometida a una crianza más extensa– sino un vino de pago, elaborado a partir de las cepas de palomino que crecen en la finca del mismo nombre. Sabrosa, intensa, con ricos matices salinos, se embotella en rama, es decir, sin filtrar ni estabilizar.

7- Manzanilla San León Reserva de Familia

Bodegas Argüeso

75 cl

PVP: 13,50 €

Argüeso, bodega fundada en 1822, firma una de las manzanillas más serias del mercado, con un perfil complejo y extremadamente seco que revela una crianza media de más de90 meses. Una joya que sabrán valorar los fanáticos más entusiastas del vino emblemático de Sanlúcar de Barrameda.

8- Manzanilla pasada Almacenista Lustau

Bodegas Lustau

50 cl

PVP: 13,90 €

Elegante, profunda, amplia y con la complejidad que aporta una crianza más larga que la media, esta manzanilla pasada certifica la tradición de almacenista –comercializando vinos de pequeños productores– que representó la especialidad de la casa Lustau desde su fundación, en 1896, hasta 1940.

9- La Bota de Manzanilla nº55

Equipo Navazos

75 cl

PVP: 22 €

La última de las maravillas descubiertas por el Equipo Navazos –conformado por grandes expertos en los vinos del marco jerezano, que seleccionan los tesoros que reposan escondidos en las viejas bodegas de la región– es esta manzanilla procedente de las bodegas Sánchez Ayala, compleja y poderosa.

10- Manzanilla Sacristía AB Selección

Antonio Barbadillo

150 cl

PVP: 110 €

Antonio Barbadillo firma esta manzanilla de auténtico lujo, una selección de viejas soleras, escogidas una a una, de la que sólo se han embotellado 150 magnums en una única saca en el año 2013. Escasa, excéntrica… ¡y carísima!