Si con su larga veintena de variedades autóctonas, multitud de terruños, microclimas y extenso pedigrí histórico, Canarias constituye un amplio universo vinícola, Tenerife es seguramente la galaxia más compleja y fascinante de ese espacio aún inexplorado por una gran mayoría de los enómanos.

Basta con saber que, en sus 2.034,38 km2 de superficie, la isla mayor del archipiélago canario alberga nada menos que cinco denominaciones de origen para deducir la dimensión que ostenta Tenerife en materia de vinos. Recorriendo la isla, salta a la vista que el número de D.O. no responde a un mero capricho regulador institucional, sino a una real multiplicidad de condiciones para el cultivo de la vid: desde las orillas del mar hasta los más de tres mil metros de altitud, la combinación de climas locales, vientos, precipitación, suelos y orientación determinan el desarrollo del viñedo e incluso dan lugar a sistemas tradicionales de conducción de la vid únicos en el mundo, como el cordón múltiple trenzado (Valle de La Orotava) o los semiparrales de los altos de la comarca del Valle de Güimar y laderas de montaña de Anaga.

Aún cuando Tenerife cuenta con una trascendental historia vinícola –que tuvo su auge en el siglo XVIII, cuando el vino era el principal recurso económico de la isla y se exportaba a los principales mercados del mundo– quizás nunca vivió un momento tan esplendoroso como el actual, en lo que respecta a calidad y diversidad. Gracias a la iniciativa de la nueva generación de viticultores, que reivindican las variedades locales y apuestan decididamente por fidelidad al origen, el vino tinerfeño es hoy más atractivo que nunca.

De una cata realizada días atrás en la Casa del Vino del Cabildo Insular de Tenerife, centro divulgador y de ocio sito en la localidad de El Sauzal, destacamos estas diez referencias que bien valen para descubrir Tenerife a través de sus vinos. O para ponerse al día, que tampoco viene mal…

1- Marmajuelo Locartas 2017
Vino Blanco
Bodega Hermanos Mesa
D.O. Valle de Güimar
PVP: 10,00 €
75 cl
Jovial y extraordinariamente fragante, este blanco recién estrenado es una elocuente muestra del encanto que atesora la marmajuelo: intensos aromas de guayaba, maracuyá y cítricos y seductor paso por boca, fresco y untuoso. En verano y frente al mar, puede resultar adictivo.

2- Calius Verdello 2015
Vino Blanco
Cándido Hernández Pío
D.O. Valle de Güimar
PVP: 12,50 €
75 cl
También del Valle de Güimar llega este interesantísimo blanco seco, monovarietal en este caso de uva verdello, criado sobre lías. Aún cuando tiene un fondo aromático meloso, es elegantemente austero, glicérico y un punto salino, con un sutil amargor en el final de boca.

3- Trenzado 2016
Vino Blanco
Suertes del Marqués
D.O. Valle de La Orotava
PVP: 16,50 €
75 cl
Ejemplo del notable trabajo que realiza Suertes del Marqués, bodega familiar asentada en el Valle de La Orotava desde hace más de dos décadas, este blanco protagonizado por listán blanco –aunque incorpora pequeños porcentajes de otras uvas: pedro ximénez, albillo criollo, gual, marmajuelo, malvasía…– es serio y convincente, asociando fines matices florales, de fruta blanca, salinos y minerales y un paladar amplio, equilibrado y persistente. Su nombre hace referencia al sistema de conducción de la viña ancestral en esta zona.

4- Altos de Trevejos Brut Nature
Vino Espumoso
Altos de Trevejos
D.O. Abona
PVP: 14,00 €
75 cl
En manos de un viticultor inquieto como Enrique Alfonso, la listán blanco también puede dar lugar a un insólito espumoso, como este Brut Nature elegante y fresco a la vez, con acentos de manzana verde, frutos secos y cítricos y paso envolvente, presidido por una delicada burbuja. Una agradable y efervescente sorpresa.

5- Marba Tinto Barrica 2017
Vino Tinto
Bodega Marba
D.O. Tacoronte-Acentejo
PVP: 16,00 €
75 cl
Flamante ganador en la edición 2018 del premio al mejor vino canario que organiza Agrocanarias, este tinto revela con nitidez la exuberante expresión de la uva listán negro, apuntando exóticas notas de plátano maduro y fresas, así como briosos taninos en el paso por boca. Pura jovialidad y frescura, con la madera aún por integrar.

6- Cráter 2015
Vino Tinto
Bodega Cráter
D.O. Tacoronte-Acentejo
PVP: 16,50 €
75 cl
Pionero entre los tintos de estilo más contemporáneo en su comarca, Cráter ha afinado su estilo en añadas recientes, priorizando la frescura de la fruta y la singular mineralidad que distingue a las cepas de listán negro y negramoll que crecen a los pies del Teide, en los acantilados que se asoman al mar en Tacoronte y El Sauzal. Finura volcánica en su más bella expresión.

7- Ignios Orígenes Baboso Negro 2014
Vino Tinto
Borja Pérez
D.O. Ycoden-Daute-Ysora
PVP: 36,50 €
75 cl
Borja Pérez, uno de los viticultores más talentosos del archipiélago canario, se atreve con la baboso negro, una de las variedades autóctonas más difíciles de cultivar, para firmar este tinto de nariz exótica –notas de lichi, especias dulces y lemongrass– y fina acidez cítrica. Una exquisita rareza.

8-Mountain Wine Vijariego Negro 2015
Vino Tinto
Altos de Trevejos
D.O. Abona
PVP: 32,00 €
75 cl
De la serie de «vinos de montaña» de Altos de Trevejos procede este noble monovarietal de vijariego negro, de producción limitadísima y singular perfil, obtenido de cepas que crecen sobre roca volcánica. Intenso, sabroso, salino y pelín astringente.

9- Humboldt Blanco Dulce 1997
Vino Dulce
Bodegas Insulares de Tenerife
D.O. Tacoronte-Acentejo
PVP: 19,21 €
75 cl
Siguiendo la tradición de los excelentes vinos dulces tinerfeños, Bodegas Insulares presenta este delicioso elixir elaborado con granos de listán blanco de vendimia tardía, que tras más de dos décadas de crianza despliega gran complejidad, profundidad y persistencia, con recuerdos de membrillo maduro, fruta blanca en compota, especias y maderas nobles.

10- Punta del Sol 2001
Vino Dulce
Cándido Hernández Pío
D.O. Tacoronte-Acentejo
PVP: 17 €
37,5 cl
De cepas de marmajuelo, gual, albillo y malvasía que crecen en La Matanza –una de las zonas más cálidas de Tenerife– nace este blanco dulce, que ha permanecido hasta 2017 en bodega, criándose en barricas y depósitos, hasta redondear un rico bouquet, con matices de fruta blanca madura, caramelo y acentos tostados, y un paladar untuoso, glicérico y equilibrado, sostenido por una generosa acidez. Una golosa novedad que se suma al catálogo de los grandes dulces tinerfeños.