6 nuevos rosados para soportar el verano
En la «burbuja rosa» que vive en estos días la España vinícola hay mucho vino superfluo. Pero también rosados notables, plenos de carácter, frescura y singularidad, como los que aquí destacamos.
Aunque no falta quien considera que con la canícula llega el tiempo de los brebajes de calidad más bien discreta –aquellos que se consumen en el chiringuito de la playa o en la piscina, sin mayores exigencias cualitativas–, también en los días calurosos es menester preservar el ejercicio crítico. Ya lo he dicho otras veces: ¡Que el bochorno no altere nuestra capacidad para distinguir un buen vino de otro que no lo es!
En el universo de los rosés, tan manidos cuando el calor aprieta de verdad, la selección de lo bebestible es doblemente exigente. Porque además de las razones obviamente cualitativas, cuando se trata de vinos rosados hay que observar también el asunto de las tendencias: en los últimos años, pareciera que todos los bodegueros de España hayan decidido apuntarse a la moda de lo pálidos rosés al estilo provenzal. Y lo cierto es que uno acaba aburriéndose con tanta proliferación de vinitos de color ligero, aromas inocuos y paso tan etéreo que apenas se perciben como un mejunje de agua con limón.
Para evitar estas naderías en tiempos en los que el cuerpo pide rosado, no está de mal seguir los consejos de Gastroactitud.com, probando estos seis rosados de última generación –todos ellos de marca nueva, aparecidos este mismo año en el mercado–, que apagan la sed satisfaciendo el espíritu.
1- Rosé Organic Wine 2018
Dehesa de Luna
Vino de España
PVP: 8,50 €
75 cl
Con cabernet sauvignon, esta inquieta bodega de Albacete borda un rosado muy seductor: fino, cítrico, un punto mineral, con fruta roja fresca… En la línea de los rosés a la moda, tiene escaso color y generosa acidez, además de un agradable volúmen, que resulta del contacto con las lías durante tres meses. Certificado como vino ecológico.
2- Hacienda López de Haro Rosé 2018
Bodega Classica
D.O.Ca. Rioja
PVP: 6,50 €
75 cl
El grupo Vintae también sabe hacer buenos rosados. Valga como ejemplo este flamante López de Haro, que resulta de un coupage entre garnacha tinta y la blanca viura. Rosé de sangrado, tiene un aspecto pálido y limpio, una nariz tenue pero bien dibujada, con recuerdos de frutillos rojos y notas florales y un equilibrado paso por boca, fresco y goloso.
3- De los Abuelos Rosado 2018
Pago de los Abuelos
D.O. Bierzo
PVP: 18 €
75 cl
El proyecto de los vinos elaborados con las viñas de los abuelos del enólogo Nacho Álvarez se estrena con este notable rosado de una uva muy poco manida: estaladiña. Plantada desde 1902 sobre suelos pizarrosos, esta variedad da lugar aquí a un vino de color delicado, con aromas muy finos de fruta roja, minerales y un lejano eco avainillado. La boca es golosa, un punto dulzona.
4- Frontaura Rosé 2018
Bodegas Frontaura
V.T. Castilla y León
PVP: 17,95 €
75 cl
La bodega de Toro se atreve también con un rosado de carácter, seleccionando para ello cepas de tempranillo (80%), syrah (15%) y verdejo (5%). El pálido color salmón –bien a la moda– esconde una nariz fragante, con recuerdos de pétalos de rosa, fruta roja fresca y carne de melocotón. El paso por boca es vivaz, con mucha frescura y conveniente acidez.
5- El Grifo Rosado de Lágrima 2018
El Grifo
D.O. Lanzarote
PVP: 16,25 €
75 cl
Uno de los rosados más exóticos y personales que puedan encontrarse hoy en España, el del El Grifo está elaborado en la isla canaria de Lanzarote a partir de uvas de la variedad listán negro (con las primeras gotas que salen de la prensa tras el ingreso de la uva en bodega). Es un vino rico en matices frutales –de grosellas y frambuesas– pero también especiado y con un rico cariz mineral. Largo, fresco y profundo.
6- Caiño Rosado 2018
Adega Moure
D.O. Ribeira Sacra
PVP: 15,35 €
75 cl
El cambio generacional en la bodega gallega que produce los vinos de Abadía da Cova ha dado lugar este año al lanzamiento de ¡tres! nuevos rosados, el más extraordinario de los cuales es este de uva caiño, cuya portentosa expresión –fina, acerada, vibrante, profunda, prolongada– viene dada por el carácter varietal de la propia caiño y la singularidad de los viñedos encaramados a las terrazas que asoman al paso del río Sil en la vertiginosa –y preciosa– Ribeira Sacra.