El barrio de las Letras en 10 píldoras gastronómicas
Es la penúltima resurrección de un barrio que se reinventa cada cierto tiempo. Ahora está en plena ebullición.
Esta cuadrícula comprimida entre la calle de Atocha y la carrera de San Jerónimo, que conocemos como Barrio de las Letras, tal vez sea el equivalente madrileño del Fitzrovia londiense. Un barrio señorial, con historia que se ha convertido en el punto de mira de jóvenes inquietos y emprendedores que abren restaurantes, centros de arte o tiendas de diseño. A sus calles de nombres literarios, salpicadas de palacios y conventos, se asoman locales, coquetos y divertidos que intentan mostrar nuevos modelos de negocio y unas cuidadísimas puestas en escena. Junto a los clásicos que envejecen con dignidad como la Vaca Verónica, Viña P o Casa Alberto, taberna siempre llena de turistas, fueron surgiendo otros: La vinoteca Berbechera, East 47, La muca, Vi Cool, Va de Baco, La Taberna del Volapié… Aperturas, cierres, traslados, un barrio vivo, chispeante, que cada vez nos gusta más porque es agradable para pasear, disfrutar y sobretodo comer. De los últimos en llegar, estos han sido los que más nos han gustado ¡pero la lista seguirá creciendo!
1. La huerta de Tudela (Green and More).
Ricardo Gil ha desembarcado en Madrid con esta propuesta en la que las verduras son las estrellas. El local es discreto, pero la cocina justifica la visita. La menestra es en nuestra opinión la mejor de España, por la delicadeza y el buen criterio con que está elaborada. Cada verdura se cuece por separado y después se ligan con un licuado de vainas, en lugar de harina como se hacía tradicionalmente. Deliciosa.
Apropiado para: los que aprecian las verduras cocidas en su punto
No te pierdas: la mejor menestra de verduras
Dirección: Prado, 15. Madrid. Teléfono: 914 20 44 18. www.lahuertadetudela.com
Cierra: domingos noche.
Precio: 40-60 €
2. Moratin Vinoteca Bistrot
Coqueto restaurantito, acogedor y bien decorado. Ambiente informal, sosegado, muy agradable. Cocina de mercado, bien pensada, con productos elegidos para que el precio sea contenido. Vinos nacionales y extranjeros, algunos poco conocidos que resultan interesantes para los aficionados
Apropiado para: una cena tranquila durante la cual probar vinos curiosos a buen precio
No te pierdas: la ensalada de pollo de corral escabechado y el surtido de quesos
Dirección: Calle de Moratin, 36 Teléfono: 911 276 085 www.vinotecamoratin.com
Cierra: Domingos noche y lunes
Precio: 30- 45 €
3. El barril de las letras
La puesta en escena no puede ser más llamativa, piedra, ladrillo visto encalado, columnas de forja… Turistas y madrileños se dan cita en este local del grupo Oter que extiende sus mesitas en las aceras dando lugar a una terraza informal. Cocina tradicional española elaborada con productos de calidad. Además del marisco, que suele ser excelente, ofrecen buenos ibéricos, magníficos pescados y algunas especialidades de cuchara que merecen la pena sobre todo de cara al invierno. La oferta de vinos es completa, aunque no hay referencias sorprendentes. El personal muy atento.
Apropiado para: ir con amigos extranjeros que quieran buen marisco y cocina española tradicional
No te pierdas: la merluza a la romana
Dirección: Cervantes 28 Madrid Teléfono: 911 863 632 www.grupo-oter.net/restaurantes/el-barril-de-las-letras
Cierra: No cierra
Precio: 50-60 €
4. El triciclo
Uno de los locales de moda de este otoño. Una barra y varias salas con mesas rústicas (una de ellas corrida) donde se come sin mantel. Estilo urbano austero que refleja el carácter un punto trasgresor de los protagonistas de esta historia culinaria: Javier Goya, Javier Mayor y David Alfonso.Tres cocineros formados junto a grandes profesionales que se han atrevido a afrontar una aventura en solitario. Su propuesta: cocina de mercado, bien elaborada, elegantemente presentada en tapas, raciones y platos (cada especialidad se sirve en tres cantidades diferentes y se tarifan a distinto precio), que se resume en una carta corta y varias sugerencias del día. Todo desenfadado, confortable y sugerente. Los vinos se sirven por copas y el personal es atento y encantador. Calidad y buen precio. Solo una pega, el comedor es tremendamente ruidoso.
Apropiado para: ir con amigos a los que les guste comer sin mantel y compartir la comida
No te pierdas: sus platos de cuchara los de de casquería, les dan un punto estupendo.
Dirección: Santa María, 28 Teléfono: 910 244 798 www.eltriciclo.es
Cierra: domingos y lunes medio día.
Precio: 25-35€
5. Ateneo
En uno de los edificios con más carácter de Madrid, por el que ha pasado la flor y nata de la intelectualidad española se esconde este restaurante al que se accede desde la calle del Prado por el vestíbulo del Ateneo o por la calle de atrás, Santa Catalina. Ocupa lo que fue “La Alpargatería” y ha sido redecorado por Lázaro Rosa Violan, el decorador de moda. Ha logrado un ambiente muy acogedor, con toques industriales. El espacio se divide en dos plantas con una zona de cafetería y restaurante en la superior y en la inferior, restaurante y el bar/coctelería cuyos ventanales se abren a la calle prologando el interior. Cocina mediterránea sencilla pero gustosa, sin pretensiones, pero digna. El menú del día es una apuesta segura. Nada es excepcional pero todo convence. En el bar buena coctelería.
Apropiado para: Cenar con los amigos, hacer un almuerzo de trabajo o tomar una copas
No te pierdas: el menú del día por 14,90 euros con bebida y postre.
Dirección: Santa Catalina, 10 Teléfono: 914202432 www.restauranteateneo.es
Cierra: No cierra
Precio: 15-40€
6. La huevería del Ganso
Aquí todo –o casi- se elabora con productos de gansos ibéricos que se crían en libertad en las dehesas de la sierra de Sevilla, y que igual que los cerdos ibéricos se alimentan de bellota. Este proyecto agrario (www.gansoiberico.com) comenzó hace unos años y ya no solo exporta carne de ganso al centro de Europa, donde es muy apreciada, sino que también elabora productos (patés, rilletes, etc) en cuya puesta a punto a colaborado el cocinero Dani García. Lo más llamativo son los huevos de yema densa y sabrosa que las gansas ponen solo en primavera y otoño ¡Ahora es el momento de probarlos! Como más nos gustan es fritos acompañados de sobrasada o patatas fritas. El local, de dimensiones reducidas, ocupa lo que fuera la coctelería de Va de Baco. Una propuesta informal y temática, que por su originalidad será bien acogida.
Apropiado para: descubrir lo que da de sí el ganso ibérico
No te pierdas: Los huevos fritos de ganso con sobrasada
Dirección: Echegaray 26
Cierra: domingos
Precio: 35 €
7. Viet Nam
Como decía Federico Oldenburg en su reseña de hace un mes, esta es la nueva embajada de la cocina vietnamita en Madrid. El local es modesto y poco atractivo pero la cocina es auténtica. El responsable de los fogones es el chef Tien, que durante años estuvo al frente de los fogones de Sudestada.
En la sala, que anda un poco despistada, el maitre argentino José Luis España, trata de poner orden y se esmera en explicar los doce platos que reúne la carta. No falta la nutritiva sopa pho bo, bandera de la gastronomía vietnamita ni el delicioso bun cha, que combina fideos de arroz, secreto ibérico, vegetales y caldo de pescado (conviene pedir el picante, que cada comensal puede añadir de acuerdo a su gusto). También hay nems, los rollitos de cerdo y gamba fritos y envueltos en hojas de lechuga y otras especialidades. La carta de vinos no da la talla. Al mediodía ofrecen un menú por 15€.
Apropiado para: los que les gusta la cocina del sudeste asiático y tienen presupuesto limitado
No te pierdas: los nem, rollitos de verdura envueltos en papel de arroz que se comen dentro de una hoja de lechuga con menta, cilantro y albahaca frescos.
Dirección: Huertas, 4. Teléfono: 917 553 126
Cierra: Domingos
Precio: 20€
8. Ganz
El local derrocha buen gusto, cierto aire retro y una atmósfera acogedora que los propietarios han logrado no solo con el mobiliario sino también con la luz, la música y el cuidado de todos los detalles. ¡Nos encanta el azul de la barra, el suelo de damero y los grandes jarrones de flores) La oferta culinaria es la que a ellos les gusta: cocina sencilla de inspiración española con algunos guiños cosmopolitas, bien elaborada, con buenos productos: actual pero sin pretensiones. Algunos platos: ensalada de burrata, alcachofas confitadas con jamón, mini hamburguesitas, carrilleras… Los sábados y domingos tienen un brunch muy concurrido (hay que reservar con antelación) y a diario un menú del día por 12 euros que no está nada mal. También funcionan como afterwork. Los amantes de los gintonics con botánicos estarán encantados porque disponen de un set completo y exclusivo –de momento.
Apropiado para: los que aman los locales a la última y la cocina sencilla
No te pierdas: la coca de verduras, de masa crujiente. Una evolución de la coca tradicional
Dirección: Almadén, 9 (esquina a San Pedro) Teléfono: 91 173 39 37 www.ganzcafe.com
Cierra: Lunes
Precio: 25-35€
9. La fábrica
Es la cara gastronómica de un conglomerado de personas muy especial, especialistas en gestión cultural. Les avalan proyectos como Photoespaña, Matador, Notodo, etc… Siempre abriendo caminos. Junto a la tienda-galería-librería han habilitado un singular espacio con ambiente de bistro, en el que se puede comer a todas horas. Cocina sencilla, de temporada, en un local cosmopolita, limpio y acogedor cuyas mesas, de noche, ilumina la luz de las velas. Entre el público artistas, diseñadores, plubicistas, cineastas… gente del mundo de la cultura y el ocio.
Apropiado para: los apasionados del arte, el diseño y los locales coquetos
No te pierdas: Sus meriendas y desayunos
Dirección: C/ Alameda, 9 Teléfono: 912 985 523 www.lafabrica.com/es/nuestro-espacio/8/caf%25C3%25A9
Cierra: No cierra
Precio: 30-40€
10. Matute 12
Ha abierto sin hacer ruido, a escondidas, en los bajos de una preciosa casa modernista que es monumento nacional, lo que les ha obligado a hacer una reforma exquisita. Como muchos de los locales que se abren ahora tiene un cierto aire hipster: muebles usados, estilos diferentes, todo cuidadosamente descuidado… Un rincón para cada momento: las mesas del fondo para comer, los sofás de la entra para tomar café, la barra para las copas…
Sus promotores vienen del mundo de la noche, por eso los cócteles serán éxito seguro. La cocina es ecléctica y variopinta (desde hummus a burrata), como el local y aún debe rodar. Agradable terraza en la plaza.
Apropiado para: los que se fijan en la decoración cuando van a comer
No te pierdas: los cócteles que reúnen bajo e epígrafe “imprescindibles
Dirección: Plaza de Matute, 12 Teléfono: 91 012 31 28
Cierra: No cierra
Precio: 25-40€
Para nosotros el mejor descubrimiento de 2013 en la zona ha sido Triciclo. Gracias por la info, tomamos nota!
Nuevos sitios para la próxima visita
Tienen razón los autores: el barrio de las letras está muy vivo y la cocina es vida. Mi favorito: Moratín porque Marcos Gil, su chef y propietario conquista con "Para mí, dar de comer es una forma de querer". Es un local muy agradable, reformado por su hermano Alejandro con un gusto muy sencillo que te hace sentir como en casa: la mesa de la biblioteca y la de la ventana son perfectas para comer y para pasar la tarde. Del espacio llaman la atención la altura de los techos y las vigas originales, la iluminación y los pequeños detalles como las flores blancas que huelen a limpio. Cuidan mucho el ambiente, especialmente de noche, cuando persiguen la intimidad más acogedora y bajan los tonos blancos para subir el color miel de las velas.
Aquí la relación calidad precio es absolutamente equilibrada y justa, tanto en los vinos como en los platos que quieren cambiar tres veces al año. No son más de doce, con tres o cuatro postres, pero da gusto ver la carta, con productos de temporada y sabores de siempre, cocinados con el cariño y la sencillez de una madre. Marcos habla de la suya cuando se le piropean las alcachofas. Las cuece enteras, de manera que consigue que sus corazones conserven el verde claro que envidiamos de las conservas, las sazona con sal de cecina de León, un polvo de rojo azafrán, brillante y sabroso que combina con ellas de maravilla. Los puerros confitados también son de concurso: se queda sólo con los corazones y los adereza con una salsa de romesco ligera, donde la almendra y la avellana no marcan su textura. Muy ricos.
Siempre tienen, además, un plato de cuchara, casero y para todos los paladares, como la crema de tomate o el salmorejo en verano y la vichyssoise que sirven a dos temperaturas distintas.
Encontramos pocos pescados, seleccionados por la mañana en el mercado y siempre distintos, aunque mantiene en la carta, desde que abrió, la brandada de bacalao, con el bacalao desalado por él en riguroso cumplimiento de los tiempos y el salmón marinado en casa. Merece la pena recordar el micuit de rape con habitas. Un hígado muy sabroso que marida de maravilla con la suavidad de la huerta. Se aconseja desmenuzarlo sobre las habitas que huelen a hierbas aromáticas.
Parece que a Marcos le gustan más las aves que las carnes rojas porque repite el pollo de corral escabechado en ensalada y estofado con albariño. Sin embargo, es de elogiar el steak tartar, cortado a cuchillo, suave y untuoso. Ya se habla de él en los foros de carnívoros.
Los postres son elaborados y sabrosos, por ejemplo una tarta tatín de las que cumplen la tradición, altas y con los gajos de manzana colocados a la perfección o una crema tostada con aroma de haba tonka; incluso juegan con las temperaturas, como en el postre de chocolate caliente con crema agria bien fría. Además, a Marcos le gusta descubrirnos ingredientes como el yuzu, una especia de naranja asiática ideal para mermeladas y que él sirve en coulant. Y, como corresponde a un buen gastrónomo con ambición de sumiller, no falta en la carta un surtido de quesos, españoles y franceses; quizás por eso ha llamado bistrot a su local, pequeño de tamaño pero de bodega enorme y de cocina cuidada.
Las mesas no están vestidas pero las servilletas son grandes y suaves, de blanco níveo, y la cristalería es excelente para no fallar a los estupendos vinos que selecciona el propio Marcos. De hecho, mantiene la palabra Vinoteca porque los caldos del mundo son una de sus pasiones. De ahí que nos pueda descubrir pequeños productores no muy conocidos y difíciles de encontrar. Entre los blancos los hay de Rías Baixas y de la Ribeira Sacra, pero también franceses del Loira y diferentes Borgoñas. No se puede evitar el Chablis Terroir de Chablis, pura evocación.
Bien
Que morro tienes .Que forma de venden un local pequeño sin encanto ninguno. Caro no , carisimo para lo que comes y preparate a pasar hambre. Por que Imaginacion hay que tener. Te ponen una porcioncita y el resto te lo imaginas, eso si te cobran como 2 banquetes de boda. Yo no vuelvo