El boom asiático en Buenos Aires
Comer con palitos es el nuevo leitmotiv de Palermo. Ya sea en formato de cantina asiática, barra o restaurante, la onda oriental suena expansiva y potente en el barrio favorito de los porteños a la hora de salir a comer.
Mirutaki Ángel Justiniano Carranza 2339, Palermo
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Es difícil encontrar buen sushi o buen ramen en Buenos Aires: Mirutaki es una de esas excepciones que confirman las reglas de la cocina japonesa: sabores netos, cortes inobjetables, materia prima noble. Detalles que hacen la diferencia.
El público lo sabe y el restaurante de los hermanos Matías y Nicolás Totake está siempre a tope. También atrae su formato simple, oportuno para esos días en los que uno quiere comer rico en Palermo sin desembolsar una fortuna.
En el salón con barra de pino claro y banquetas se disfruta de una cocina japonesa que trasciende los clichés del sushi de fantasía, el exceso de salmón y el queso Philadelphia. Una atención cálida, productos que resumen lo mejor de cada lugar, precios amables y música sin estridencias completan la lista de ventajas del lugar. Entre los niguiris, probar el de lenguado con cáscara de lima y yuzu kosho, yuzu; el de besugo con shizo. Los de pez limón; bonito; trucha curada en kombu; pulpo; almeja; langostinos crudos de Puerto Madryn. Todas las sutilezas todas.
Hay ricas entradas, como las gyozas o las bolitas de pulpo con katsuobushi, plato callejero ultra popular. La lista sigue. No mucho, lo bueno si breve. De los principales, no perderse el ramen, que sirven con huevo de campo y espesan a último momento con grasa de cerdo. Los fideos están amasados con harina de trigo o de soja. Pasta alcalina, como quiere la cocina nipona, dice Nicolás.
Si después del ramen les queda lugar para otro plato, pidan el tataki, de bife de chorizo apenas sellado en el kamado. Qué bien lo hacen, chicos.
De martes a sábado solo por la noche. Precios: accesibles (alrededor de $400 por persona – 17€). Tarjetas de crédito. No se aceptan reservas.
Fu-king Bar. Thames 1402, Palermo
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El neón ilumina la esquina de Thames y Cabrera, en el barrio donde las hamburgueserías y cervecerías crecen a paso de guepardo. Fu-King Bar cae justo para los que buscan otro estilo de propuesta. En este caso, se trata de una tradicional cantina asiática: estética ad hoc, con un Buda alternativo que alza su dedo mayor, personajes del mundo Miyazaki, luces rojas y un maneki-neko –el gato de la suerte– en versión dorada.
Los platos remiten a la comida callejera de Bangkok, Shangai, Singapur y Hong Kong. El mejor lugar para disfrutarlos es la barra, donde el cocinero Yuri Lara y su equipo le dan forma al concepto que tenía en mente Quique Yafuso.
Para arrancar, dumplings, o Ebi No Somen: langostinos fritos envueltos en fideos de trigo con mayonesa a base de leche de tigre y caldo de pescado.
Especialidad de la casa son los pokes: bowls tradicionales de Hawaii, shari –arroz estilo sushi– y El Nikkei poke lleva nabo, palta y salsa ponzu. El Thai tiene mango y curry con lemongrass. Ambos elaborados con productos frescos y sazones originales.
Pinchos, yakitoris, un cebiche, spring rolls y un par de postres completan la oferta.
De beber, cerveza, sidra tirada y tragos muy buenos. La coctelería de Fu-king no es un tema menor: bartenders amigos de la casa –Tato Giovannoni, Dani Biber, Maxi Salmonon– diseñaron tragos fuera de lo común. Algunos, imbatibles. Como el fuking mule, con vodka, whisky ahumado, jengibre, soda y aceite de sésamo.
De lunes a miércoles de 19 a 2. Jueves a sábado de 19 a 3. Precios: accesibles (alrededor de $400 por persona – 17€). Tarjetas de crédito. Teléfono: +54 11 4831-8485
Komyūn – Japanese Kitchen & Hi Fi Bar Av. Libertador 3883 Arco 9
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El Rosedal, ese intervalo verde en la ciudad de la furia, se convirtió en otro polo gastronómico que conjuga el ritmo diurno de desayunos, almuerzos o tardes con la magia de la noche y las luces siempre encendidas de este lado de Buenos Aires.
La última novedad en apertura de locales la marcó Komyūn – Japanese Kitchen & Hi Fi Bar de los mismos propietarios de Avant Garten, una cervecería inspirada en los jardines cerveceros alemanes donde la música es protagonista. Unos 40 DJ y artistas aportan su creatividad a las noches, sobre todo a las de los miércoles.
Con una oferta de cocina asiática y nikkei, y una ambientación más intimista y de diseño, su vecino Komyūn brinda una carta ambiciosa –tal vez demasiado– que se extiende en una lista de platos fríos elaborados bajo un concepto de cocina peruano Nikkei y platos calientes inspirados en la gastronomía del Sudeste Asiático. Opciones, como la degustación de pickles, súper refrescantes, o el tartar de trucha patagónica, palta, dashi, huevo de codorniz y espuma de coco, demuestran el manejo de los cortes, de las texturas y sazones del nikkei Manuel Tenguan Asato. Un chef que lleva 25 años de experiencia explorando la cocina del lejano oriente en Japón, China y los Estados Unidos. La carta incluye sushi –nada tiene salmón, aleluya–, ricas gyozas, harumakis, arroces y un tiradito de pulpo español con oliva, ají amarillo y mousse de palta para no perderse.
Capítulo aparte: los tragos, a cargo de la bartender Agostina Elena, la chica de los raros peinados nuevos y un talento increíble para la coctelería. Agostina armó una propuesta de tragos de autor basados en sake e inspirada en la mitología oriental.
Un plus: el servicio impecable. Híper profesional.
Reservas: Tel.: 1122729152 o vía mail a [email protected]
De martes a domingos del mediodía al cierre. Precios: medios: $ 600 por persona – 25€. Tarjetas de crédito.
Niño Gordo Thames 1810, Palermo
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La idea de atravesar diversas cocinas de Asia, combinarlas con ingredientes argentinos y toques propios gusta tanto, que este local palermitano se llenó desde la primera hora. El colombiano Pedro Peña y el argentino Germán Sitz, son responsables de La Carnicería y de Chori y padres de Niño Gordo, donde las brasas también son protagonistas pero ahora arden al calor de las cocinas japonesa, coreana, china, vietnamita y thai.
¿Qué probar de esta carta que rota cada tanto? Muchos platos merecen la pena y la gordura. Pero sorprenden los dumplings de morcilla, manzana y cerdo, una combinación que no falla. El Okonomiyaki con chinchulín, panceta y katsuobushi, contundente –para los vegetarianos hay una opción con tofu y hongos–. La pesca a la plancha con nabo, coliflor, ajo negro y almendras.
Del grill a leña, imperdible el bife de chorizo argentino en versión tataki, acompañado con arroz, wakame, lechuga, shiso y ssamjang. Materia prima extraordinaria y muy buena hechura. A la postre, elegir el de banana, helado y fruta. Simple y rico.
Vinos de distintas regiones de Argentina acompañan los platos.
Hay espumantes, cervezas, tragos a cargo de Mario Montes y una estética de fuerte impacto kitsch. La barra permite observar el ritmo de los fuegos, a toda máquina.
Reservas (+5411) 2129-5028. De martes a domingos de 20 a 00 horas. Precios medios: alrededor de $600 por persona – 25€. Tarjetas de crédito. No se aceptan reservas.
Excelente la nota María. La idea de ir por los palitos queda en el aire.
Buenísima nota Maria. De carne somos, pero también de otras cosas.
No solo en Palermo: https://drinkbaijiu.com/baijiu-in-buenos-aires/