Espacio Oteiza, el restaurante informal del hotel Akelarre
Los arquitectos Marta Urtasun y Pedro Rica firman un proyecto elegante que mira al Cantábrico, donde Pedro Subijana ofrece el repertorio de los históricos de Akelarre y platos de cocina vasca tradicional actualizados.
El estudio Mecanismo ha firmado múltiples trabajos pero con el Hotel Akelarre han creado una relación especial. Desde el primer encuentro, Marta Urtasun y Pedro Rica comprendieron lo que la obra suponía para el cocinero Pedro Subijana desde el punto de vista emocional.
El hotel, literalmente colgado sobre el mar, es un fabuloso establecimiento que cuenta con el beneplácito de viajeros y gastrónomos de todo el mundo. Ahora también vuelven la mirada hacia él los amantes de la arquitectura más vanguardista. La última parte inaugurada es el Espazio Oteiza.
La barra y el comedor
Akelarre siempre ha tenido dos espacios enfocados a la gastronomía: el comedor gastronómico y otra sala, en el nivel inferior, destinada a eventos y celebraciones. Esta segunda se ha transformado en Espazio Oteiza, en recuerdo del escultor Jorge Oteiza, incorporándose estéticamente en el ambiente del hotel y convirtiéndose en el comedor principal.
Se compone de dos ambientes: uno ligado a la barra de bar y snack-bar, y otro, el comedor, más formal y en el que se pueden degustar platos que ya no están en la carta del espacio gastronómico. Es decir, Espazio Oteiza se convierte en el lugar de cita de la clientela que adora los clásicos de la casa.
Integración de espacios
Pedro Rica afirma que quisieron integrar las dos zonas, pero diferenciándolas, creando un espacio cálido y luminoso, en el que tuvieran una importancia significativa tanto el material como el detalle en la ejecución. Para lograrlo, indica, “propusimos un sistema de ejecución rápido y limpio, empleando panelados y mobiliario producidos en taller, todo ello, totalmente modulado y probado previamente. Como elemento principal, diseñamos un revestimiento continúo formado por dos partes que recorrería el espacio entero”.
Destaca una parte inferior realizada en madera de roble natural a modo de ‘boiserie’, constituida por un despiece modulado en paneles de las mismas dimensiones. Este zócalo inferior integra en su recorrido diferentes elementos funcionales, por ejemplo, el sofá corrido que ocupa el desnivel entre las dos partes del espacio así como parte de la iluminación. Cabe señalar que el espacio superior del snack-bar, está conectado directamente con las terrazas y se le quiso otorgar dinamismo. Para enfatizar el ambiente desenfadado del bar, se incorporaron siete mesas bajas circulares también diseñadas por el propio estudio.
El reto de la iluminación
Como suele ocurrir en las obras con el sello de Mecanismo, la iluminación es fundamental. Por ello en ambos espacios, el estudio diseñó diferentes tipologías de lámparas, producidas bajo el mismo concepto y que se distribuyen como farolillos suspendidos que bañan con una luz sobria e indirecta. Sin embargo, por la noche, la penumbra favorece el ambiente pero no la comida. Algo que los interioristas tendrán que tener en muy en cuenta en el futuro dada la fuerte presión que las publicaciones de Instagram ejerce sobre la percepción que el comensal tiene de los restaurantes.
El carácter inconfundible de Marta Urtasun y Pedro Rica se encuentra asimismo en el resto del mobiliario como las mesas, el sofá corrido o los cuatro gueridones de apoyo al servicio. Todos ellos, con formas circulares, poseen las superficies horizontales de mármol marrón emperador y los frentes realizados mediante tablillas de roble, dotando al restaurante de una gran capacidad de almacenaje para realizar el servicio de la manera más eficiente.
En definitiva, los dos ambientes están completamente integrados en un concepto espacial fluido y en una atmósfera acogedora que relaciona al Espazio Oteiza con el hotel del que forma parte, pero diferenciándose por su imagen dinámica y luminosa.