¿Por qué sube el precio del aceite de oliva?
¿Qué está ocurriendo, qué pasa con el aceite de oliva? ¿Podemos fiarnos de todo lo que se lee y se escucha? Hay desconocimiento y múltiples interrogantes. Francisco Vañó, olivarero y productor, nos ayuda a despejarlas.
¿Por qué el precio del aceite de oliva sube y sube sin que se haya puesto a la venta el aceite de la nueva campaña? ¿Qué hace que suba el precio de un aceite que reposa en los tanques de productores y distribuidores desde hace un año o más? ¿Por qué ahora? ¿Se trata de una reacción de oferta y demanda o hay algo más detrás de la terrorífica subida de este producto básico? Hablamos con Francisco Vañó, presidente de Grandes Pagos de Olivar, asociación que reúne a algunos de los mejores productores de aceite de oliva virgen extra de España y copropietario, junto con su familia, de Castillo de Canena.
El aceite de oliva en boca de todos
Prácticamente un día sí y otro también, el precio del aceite de oliva acapara la atención de los medios. Las botellas de los virgen extra y los refinados están alcanzando cifras nunca vistas, tanto que incluso circulan por las redes sociales memes que ironizan con cierta gracia sobre el tema. Sin embargo es difícil encontrar información veraz y argumentada sobre el tema. ¿Qué está ocurriendo, qué pasa con el aceite de oliva? ¿Podemos fiarnos de todo lo que se lee y se escucha? ¿Es verdad que en Bélgica, Suiza e Irlanda una botella de un AOVE es bastante más barato que en España? ¿Tiene algo que ver la guerra de Ucrania? ¿Y el cambio climático? Hay múltiples interrogantes y bastante desconocimiento.
Por mucho que las asociaciones se empeñen en decir que la culpa la tiene la sequía y el calor de este año, al consumidor le queda la duda. Aunque puede que sea el principal motivo, el aceite que está a la venta es el que se produjo en 2022 o antes ¿Por qué la subida arranca en junio y no antes? Otra cosa es que estas razones (calor y sequía) vayan seguir elevando el precio del aceite de la cosecha 2023 y que el sector ya lo esté descontando. Lo que también ha influido en el incremento del precio de los aceites vendidos en 2023 ha sido el encarecimiento de las materias primas (energía, agua, cartón, vidrio, etc) que se inició en 2022.
¿Cuánto cuesta producir un litro de aceite de oliva?
Según un estudio realizado en 2015 por el Consejo Oleícola Internacional, en el que participaron cerca de 30 expertos, el coste medio de producción de un kilo de aceite de oliva convencional en España, oscila entre los 2,19€ y los 3,56€, dependiendo del tipo de cultivo. Un aceite obtenido en un olivar de sierra con los olivos en pendiente, tiene los costes de producción más altos. Lo mismo sucede con los aceite de primera cosecha ya que la aceituna verde es menos productiva que en envero. De estos costes medio, se estima que el 80% están asociados al campo y el 20% al transporte y molturación.
Para Paco Vañó hacer este tipo de valoraciones es muy complicado. «Sólo viendo el sistema de cultivo que tiene el olivar te das cuenta de los costes. Se trata de algo muy social porque implica mucha mano de obra, no hablo del súper intensivo, claro. En una explotación como Castillo de Canena la recolección es muy cara aunque empleemos máquinas vibradoras; y hay que utilizar riego si quieres producciones estables y de calidad. Tampoco es lo mismo un olivo de sierra donde el coste de recolección puede ir a 30 o 40 céntimos de euro por kg. de aceituna, que la recolección con máquinas cabalgantes en olivares súper intensivos, que suponen de 4 a 6 céntimos. Y por descontado recolectar aceite temprano es más caro que uno maduro ya que la aceituna se desprende mucho peor en octubre y tardas el doble de tiempo”.
Por otro lado, en años de cosechas malas como el 2022 y éste, todo resulta más caro, ya que las labores que efectuadas en el campo son las mismas, independientemente de que se obtengan 3 o 50 kgs. de frutos por árbol. Es evidente que no es lo mismo dividir todos estos costes entre 50 o 10 kilos.
Dos años de malas cosechas
Los agricultores reconocen que la campaña 2022/23 (que es la que está vendiéndose ahora) no fue buena. Se produjeron 600.000 toneladas de aceite lo que significó un descenso del 55% respecto a la producción de 2021 (campaña en la que se alcanzó la cifra record de 1.300.000 toneladas según datos del MAPA). Los excedentes de 2021 se han estado vendiendo hasta ahora. ¿Aceite de 2021 a precio de 2023? “Hombre, no sería delito. Si te queda aceite del año pasado, por ejemplo un lampante, y se está pagando entre 7 y 7,5 euros el litro aunque tenga 24 meses y te lo siguen comprando porque el mercado está a ese precio… El propio mercado se autorregula. Si el Gobierno interviniera estaríamos en una economía dirigida. Y también tendría que haber intervenido hace unos años, cuando el virgen extra en origen estaba a 2 o 2,40 euros y nadie protestaba para defender al pobre olivarero, que tenía que fastidiarse. Cuando está a 2 euros nos callamos, y ahora que está a 8 euros es que el agricultor es un ladrón”, apunta Vañó.
Son ya dos años seguidos de producciones muy por debajo de lo habitual. “En Castillo de Canena vimos que la floración se adelantó tres semanas, de mayo a abril -explica Vañó. Si te das cuenta, la gran subida de precio se produce a partir de junio de 2023, cuando el sector constata que la cosecha de este año va a ser mala. El sector, que se mueve por expectativas, empezó a subir el precio. En octubre de 2022 el kilo estaba a 4,5 euros, y lo normal es que hubiera subido hasta los seis euros más o menos y luego empezara a bajar». “Es un hito en la historia reciente de la olivicultura mundial -señala Vañó-. Se han producido dos cosechas malas, una detrás de otra”, aunque aclara que afecta a la cantidad, no a la calidad: “las pocas aceitunas que están en el árbol han aprovechado mejor el agua y los nutrientes, y la relación pulpa-hueso tiene un calibre interesante”.
Si no hay aceituna, el precio del aceite sube
Los datos no dejan lugar a error. El Boletín semanal de precios del aceite de oliva que edita cada siete días el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), señala que en la última semana de septiembre el aceite de oliva virgen extra (AOVE) se está pagando a 8,3 el kilo (832,78 euros los 100 kilos que es como establece del boletín), el virgen a 7,6 euros y el refinado a 7,3 euros, un pequeño descenso de precios con respecto a la semana precedente. Pero si nos fijamos en idénticas fechas de la campaña anterior, las subidas son del 110,20% en el AOVE, 98,32% en el virgen y 94,58% en el refinado. Una barbaridad. Si tomamos como referencia la media de las cuatro campañas anteriores los porcentajes se disparan aún más (189%, 183,5% y 178,8%, respectivamente).
En el informe Aforo de producción de olivar en Andalucía, un estudio publicado por la Junta de Andalucía que se apoya en distintas fuentes para conocer la realidad del sector estiman que la producción de aceite para la campaña 2023/2024 estará en torno a las 550.600 toneladas, algo más del 7% de la campaña anterior, una producción baja. “La presente campaña se ha visto marcada por la intensa ola de calor sufrida en primavera, el importante déficit hídrico acumulado y las restricciones en las dotaciones de riego”, apuntan desde la Junta, e insisten en la marcada sequía, las heladas invernales y el calor primaveral que afectó directamente a la floración.
Energía, agua, vidrio, tapones… todo por las nubes
Un factor que ha tenido una incidencia directa y decisiva sobre el precio de garrafas y botellas ha sido el aumento de los precios de otros elementos que se precisan para que el aceite llegue al mercado, desde el combustible hasta el cartón. “Sí, el tema de los insumos en general -explica Vañó- incluyendo una subida importante de la energía, básica en una almazara nos ha traído de cabeza. Ha sido una concatenación de cosas, una subida general de las materias primas. Ha habido tragedias para encontrar una simple botella de vidrio, que ha duplicado su precio porque no había vidrio en el mercado. O el precio de los tapones, que son de aluminio, los plásticos, los tapones irrellenables, el agua riego, cada vez más cara… Todo son factores que se van sumando, pero el 80% del precio está motivado por la situación del mercado, donde hay escasez de aceite”.
El aceite en el extranjero ¿más barato?
España es el primer productor mundial de aceite de oliva y curiosamente también es donde más ha subido de precio. La razón: hemos sido los más afectados por esa caída de la producción –del orden del 50% de la media de las producciones– en dos cosechas consecutivas que han sido catastróficas. El hecho de que, como se viene contando estos días en las redes sociales, pueda comprarse el aceite de oliva más barato en los lineales de Bélgica, Suiza o Irlanda es que son aceites de otra campaña. “En octubre del 2022 el AOVE estaba a 4 euros en origen, no a 8 como ahora. Y es probable que el que se está vendiendo fuera de España se comprara a principios del año pasado. Además la rotación es mucho más pequeña, se vende mucho menos, de ahí el tema de los precios. Pero decir que en Europa está más barato es pura demagogia y un poco de desconocimiento”, explica Vañó.
¿Qué son los precios en origen?
A menudo los consumidores oímos hablar de «precios en origen», una magnitud que puede llegar a confundir, y que refleja sólo una parte del coste de aceite. “El precio en origen en caso del aceite de oliva te lo da el POOLred, un protocolo controlado por la Fundación del Olivar, un organismo público. Las almazaras y cooperativas adscritas a este sistema tienen la obligación de comunicar diariamente las transacciones que cierran y a qué precio lo han hecho”, nos aclara Vañó.
Estas operaciones reflejan los precios del aceite en depósito, sin transporte, sin IVA, “sin ningún tipo de proceso incluso el filtrado, que cuesta entre 5 y 10 céntimos de euro por litro. Tampoco los costes de carga y transporte. La cisterna donde se carga tiene que tener un certificado de que ha sido higienizado con vapor, otro coste a añadir. Por eso cuando se habla de precio en origen nos estamos refiriendo al primer eslabón de la cadena de valor. A partir de ahí, todo son gastos”, sentencia.
El futuro del aceite de oliva
“El problema fundamental del olivar es el cambio climático y nos afecta a todo el sector por igual. El agua es un factor limitante y la única forma de mitigarlo es acometiendo obras de infraestructura hidráulica muy ambiciosas. Hay que optimizar el uso del agua privilegiando los cultivos que hagan un menor uso de regadío, como el olivar. Esa es una gran ventaja, pero tenemos que racionalizar el uso del agua, ser muy estrictos regulando su control, y acometer obras hidráulicas que permitan almacenar agua en años buenos y utilizarla en época de vacas flacas”.
No obstante también se está trabajando desde el punto de vista agronómico para encontrar variedades resistentes a determinadas plagas, a la sequía y falta de humedad y que además tengan un mayor rendimiento graso por hectárea. La contrapartida es la uniformidad de los aceites, algo que no interesa nada en el mundo de los vírgenes extra de calidad. “Arrancar picuales para plantar una variedad que necesita la mitad de agua pero con unas características sensoriales ramplonas, pobres y con poca expresividad no interesa a productores como los de Grandes Pagos de Olivar” afirma Vañó.
A pesar de todos los problemas que están afectando al mundo del aceite, el mercado del virgen extra vive un buen momento. A tenor de las informaciones del Panel de consumo alimentario (MAPA), el consumo del AOVE se ha incrementado un 22,5% a nivel nacional en los últimos diez años (incluyendo 2022), mientras que los aceites de oliva ha descendido un 22% en ese mismo periodo.
“Yo soy optimista –cuenta Vañó-. La situación que estamos atravesando es coyuntural; hay ciclos malos. Pero a medio y largo plazo tengo una enorme fe en el aceite virgen extra porque hay poco productos que tengan un doble efecto positivo: por un lado, es único a nivel hedonístico, sensorial. Y por otro es enormemente saludable. Mezclar ambos es una combinación exitosa”.