Famosa por los carnavales, los restaurantes de Cádiz y sus bares dan a la ciudad ambiente durante todo el año. Pese a su talante chirigotero, al gaditano le gusta el producto sin disfraces, ama la fritura y la cocina popular, por eso la alta cocina ha tardado en llegar. En las mesas, el atún rivaliza con el pargo, lo mismo que la manzanilla con el jerez. La primavera y el verano son perfectos para pasar unos días en la ciudad descubriendo su historia, sus monumentos (ojo a las torres construidas sobre las casas de los antiguos  comerciantes marítimos desde todas ellas se ve el mar) y su cultura gastronómica.

Calle en el casco histórico de Cádiz llena de restaurantes y terrazas

Restaurantes

Almanaque casa de comidas

Plaza de España 5 (duplicado). Tel.: 956 80 86 63. Cierra las noches de domingo, martes y miércoles y lunes todo el día. Precio desde: 35 euros.

Casa de comidas contemporánea en la que es fácil reencontrarse con recetas gaditanas de siempre, esas que las madres y las abuelas preparaban en las casas:   ensaladilla de gambas, medianoche rellena de pescadilla rebozada, boquerones en sobrehusa… Un local pequeño, apenas 6 mesas, con una agradable terraza en el centro de la ciudad, muy cerca del monumento a la Constitución de 1812 y junto al encantador hotel Casa de las Cuatro Torres. Tras la marcha de Pedro Aguilera al mesón de su familia, Juan Carlos Borrell ha continuado con el negocio sin perder la esencia. La carta la componen unas 14 especialidades que ven rotando, aunque algunas nunca salen de la carta. Platos sencillos y sabrosos a precios comedidos que invitan a repetir con frecuencia. Carta de vinos corta pero con algunas referencias gaditanas que merece la pena descubrir. También vinos por copas. En nuestra última visita, hace unas semanas, lo hemos encontrado tan en forma como siempre. Puedes leer la crítica de Almanaque aquí.

Una de las mesas de Almanaque Casa de Comidas

Ciclo

Calle Amaya, 1. Tel.:  956 25 67 04. Cierra domingos y lunes. Precio: desde 30 euros en barra y 65 en el restaurante.

Luiti Callealta y su mujer Rocío Maña siguen con fuerza en este local del barrio de Santa María, en el centro histórico de la capital gaditana que ofrece cocina contemporánea con chispazos creativos. Se puede disfrutar en la barra o en las mesas del comedor donde se sirve un atractivo menú degustación de ocho pasos por 56 euros. Productos locales y de temporada con los que se elabora para la barra el choco a la cochambrosa, el tartar de atún o la ensalada de langostinos y pimientos asados. Sabores gaditanos que se enriquecen con notas exóticas como la  gyoza de guiso de pato y limón marroquí o las hojas de lechuga rellenas de ortiguillas fritas (saam) y salsa kimuchi. Carta de vinos con especial atención a los del Marco de Jerez. Aquí la crítica del restaurante Ciclo.

Tallarines de tubérculos, su caldo fermentado y moluscos

Código de Barra

San Francisco, 7. Tel.:  635 53 33 03. Cierra domingos y lunes. Precio: más de 100 euros.

Un restaurante donde la historia de la ciudad se cuenta a través de la comida: siglos de cultura y tradición reflejados en el plato por Léon Griffioen. Hace años que el cocinero holandés y su mujer Paqui Marquez, gaditana y jefa de sala, se hicieron un hueco en esta ciudad donde reina la tapa y escasea la alta cocina. Hoy, Código de Barra es el  único restaurante de la capital gaditana con una estrella Michelin, conseguida en 2023.  Cocina culta, reflexiva y muy sabrosa, que pone al día recetas de origen fenicio, árabe o genovés en un sorprendente local. No hay carta, solo dos menús degustación por 90 y 120 euros, en los que no faltan las poleás, el candie, el adobo o el guiso a la cochambrosa… tampoco el pichón -peaje de Michelin-. La crítica de Código de Barra, aquí.

Verduras del navazo

Contraseña

San Francisco, 33. Tel: 655 18 89 17. Cierra martes y miércoles. Precio desde 45 euros.

Cocina creativa que bebe de la tradición popular para componer una carta en la que no faltan el atún, las sardinas ni los camarones. Aunque las tortillitas se aderecen con salsa brava. El hermano pequeño de Código de Barra, es un espacio apacible en el que comer y beber muy bien a precios razonables. Una oferta poco habitual en Cádiz. Además de la carta, disponen de dos menús degustación, uno clásico (38,50€) y otro llamado contraseña (52,50). De la plaza de la Candelaria se trasladó en 2023 a esta nueva ubicación.

Rabo de toro

Mare

Plaza de la candelaria, 12. Tel.:  689 22 16 71. Cierra domingos noche, lunes y martes. Precio: más de 90 euros.

En un local con tres únicas mesas y capacidad para 10 comensales que atienden tres profesionales, el cocinero Juan Viu, oriundo de Barbate ofrece un largo menú degustación de 14 pases al precio de 75 euros.  Recetas con pocos ingredientes que demuestran notables conocimientos, aunque aparenten una sencillez que no sea cierta.  Una y otra vez emulsiones, aderezos y aliños populares convertidos en versiones modernas. Platos que bordean el territorio y exigen horas de preparación. Un menú suculento, repleto de alusiones a la tierra, porque incluso los productos que llegan de fuera como el espárrago blanco -ahora en temporada- acaban hablando gaditano. Solo por probar el sofrito de tomate, recuerdo y homenaje al que hacía su abuela, merece la pena reservar mesa. Buena bodega con referencias del Marco de Jerez muy interesantes, que el mismo Viu se encarga de armonizar acertadamente con los platos. Aquí la crítica de Mare.

Piriñaca con caballa

Sonámbulo

Plaza de la Candelaria, 12. Tel.: 661 77 07 90. No cierra. Precio: desde 45 euros.

Agradable local en un edificio del XIX con cuidada decoración (suelos y paredes originales), ambiente cosmopolita y una carta ecléctica que está en constante cambio. Junto a platos del recetario tradicional gaditano, propuestas atrevidas de inspiración viajera. Lo más interesante la oferta de carnes maduradas en una ciudad poco carnívora y  también la nueva propuesta de pescados grandes del estrecho que se preparan a gusto del cliente, muchos de ellos previo encargo. Esto se debe a que Alberto Monzón -el broker de pescados (Alberto Delamar) que sirve a muchos restaurantes de alta cocina- se ha quedado con el restaurante  y está pilotando lentamente un cambio.

Interior del restaurante Sonámbulo

Bares

Gorrión Wine Bar

 Fabio Rufino, 6. Tel.: 660 95 95 10. Cierra lunes y martes medio día. Precio: 20 euros.

El gorrión es uno de los vasos, además del catavinos, que se usa para beber la manzanilla sanluqueña. Y es el nombre que el sumiller Jonatan Cantero -ex Mantua- le ha puesto a su local gaditano. En pleno barrio del Pópulo, junto al arco, cuatro mesitas, una barra y una terraza con barriles para servir vinos y tapitas. Queso, chacinas, aceitunas, gildas y variantes, laterío fino…  y algún plato de cuchara. Un espacio acogedor,  con buen ambiente ideal para tomar una copita antes de comer o cenar tapeando de manera informal. La oferta de vinos es apabullante, la mayoría por copas porque para algo se inventó el Coravin. No solo de Cádiz y Andalucía, sino de España y el resto del mundo. También vermut Zarro, de grifo, y cerveza bien tirada. En temporada habrá mosto, algo usual en Sanlucar y otras localidades pero que no se estila en la capital.

Queso y mojama

Taberna Casa Manteca

Corralón de los carros, 66. Tel.:  956 21 36 03. No cierra. Precio: 20 euros.

Tal vez sea la taberna más bonita de Cádiz, y sin duda es una de las más auténticas y entrañables, a pesar de la gentrificación a la que está sometida desde hace unos años: aparece en todas las guías ¡y con razón! Lo típico de este bar taurino del popular barrio de la Viña -donde antiguamente vivían los pescadores-  fundado en 1953 es tomar un chato de vino o un jerez con una ración de chacinas servidas sobre papel de estraza, mojama o chicharrón de Chiclana. Tampoco falta la carne mechá. El nombre no es otra cosa que el apodo de su fundador Pepe Ruiz, conocido como «el manteca» y en sus orígenes fue un almacén que tenía anexo un pequeño bar. Ahora el negocio está en manos de sus hijos que han abierto justo enfrente una freiduría. En 2023 han inaugurado en la misma calle el restaurante ArtePuro.

Barra de Casa Manteca

Taberna La manzanilla

 Feduchy, 19. Tel.: 956 28 54 01. Cierra: sábados noche y domingos.

Uno de los despachos de vino más emblemáticos de la ciudad. Inaugurado en 1932, fue 10 años después cuando José García Harana, abuelo del actual propietario se hizo cargo del negocio. Increíblemente, mantiene la esencia a pesar del paso del tiempo.  No es un sitio para ir a comer porque solo sirven vinos de Sanlúcar envejecidos en sus propias botas. Y ponen una tapa con la consumición: un platito de aceitunas.  La calidad de sus vinos es absolutamente excepcional, algo así como un museo de los vinos jerezanos. Es un lugar ideal para introducirse en ese difícil mundo porque el personal, amabilísimo,  siempre está dispuesto a compartir su conocimiento que no es poco. Además de beber se puede comprar, pero sabiendo que se trata de vinos en rama, es decir sacados directamente de las botas, por lo que su vida es más corta.

Botas y botellas de vinos de Jerez y Sanlucar

Taberna La Sorpresa

Arbolí, 4. Tel.: 956 22 12 32. Cierra domingo noche y lunes. Precio desde 20 euros.

Nació como una tienda de vinos en 1956 y hoy es una taberna gourmet en la que conviene reservar mesa si no se quiere llevar uno una desagradable sorpresa. Es el lugar perfecto para comer de manera informal acodado en una barra de mármol mientras se saborean vinos del marco de Jerez o de otras regiones españolas.  Entre sus especialidades el atún rojo de almadraba, con el que preparan un estupendo tartar, pero también otras piezas como la ventresca escabechada, un bocado menos trillado y, si cabe, más suculento. Merecen la pena las conservas -que cubren las paredes- y las salazones.  Casi todo está en venta porque funciona como los colmados antiguos: comer y vender. Tienen vinos en bota.

Ventresca de atún escabechada con vinagre de nuestra propia bota

Bar bodeguita El Adobo

Rosario, 4. Tel.: 636 81 46 75. Cierra lunes. Precio desde 20 euros.

Esta diminuta bodeguita engaña. Aunque no lo parezca aquí se fríe el mejor pescado de Cádiz, por eso los lunes está cerrado. La carta cambia cada día en función de la pesca, así que lo mejor es dejarse aconsejar y probar pescados locales poco usuales como los plateritos, el safio (congrio) o la morena adobada.  Si no se quiere pescaíto frito, la plancha es una opción y el cuchareo otra. Por algo está entre los locales favoritos de Ángel León. 

Choco en su tinta

Ultramarinos El veedor

Calle Veedor Esq, C. Vea Murguía, 10. Tel.: 956 21 26 94. No cierra. Precio desde 20€.

Los colmados con tienda de ultramarinos y barra  fueron muy populares en Cádiz, pero hoy quedan pocos. El Veedor es uno de ellos. Aunque ha sido modernizado y el mobiliario es completamente nuevo, el local sigue fiel a la fórmula original.  Excelente selección de latas, para comprar o tomar en la barra, quesos, chacinas, etc.  Son famosos sus jamones y su carne mechada.  También las tortillas de patata (con distintos rellenos) pero no están entre nuestras favoritas.  Para beber vinos de manzanilla y jereces que se crían en barriles y se sirven directamente sacados de la bota, en rama y sin filtrar.

Barra y mostrador de El veedor