Ruta de verano por wine bars de Madrid
El calor no sirve de excusa para perderse la oferta de bares de vinos que atesora Madrid, cada vez más rica y diversa. Esta ruta veraniega anima a huir de las atestadas terrazas y disfrutar de los mejores wine bars.
La cultura del buen beber no se somete al calendario. Ni siquiera en los meses de calor más sofocante, cuando el termómetro se dispara y en una ciudad como Madrid la tentación nos lleva a acabar la jornada empinando el codo a cielo abierto, en terrazas de mala muerte, apagando la sed con cañas mal tiradas y demás brebajes mediocres.
El vino en terrazas y roof tops
La perspectiva exigente sobre todo aquello que nos llevamos al gaznate es una virtud que distingue al buen bebedor de la turba que atesta las terrazas y roof tops cuando cunde el agobio del estío. Los que bien valoran lo que beben, aún cuando aprieta el calor, saben que, para asegurar el disfrute, siempre es mejor elegir un establecimiento especializado en los asuntos líquidos que cualquier refugio al aire libre sin mayores garantías.
Sobre todo, si lo que se pretende consumir es un buen vino. La bebida más menospreciada por las terrazas de Madrid, que es el caso que aquí nos ocupa.
Esta coyuntura estacional y vinícola es la que inspira esta «ruta» por algunos de los wine bars más atractivos de la capital de España. Que no son los únicos, por supuesto, pero si los que en estos días se presentan como alternativas novedosas –por su reciente apertura o su oferta renovada– al disfrute del vino en Madrid, en este ardiente verano.
De wine bars por Madrid (también) en verano
Vinology
Nueva sucursal: Zurbano, 13. Tel.: 916917238.
Tras haber acertado con la propuesta de su primer Vinology, que abrió sus puertas hace poco más de dos años en la calle Conde de Aranda, 11, Pilar Oltra ha cogido confianza para redoblar la apuesta con este segundo establecimiento, que aporta unas cuantas novedades. Si en su primer local, esta sumiller argentina nacida en una tierra vinícola (Mendoza), formada en Francia y asentada en España desde hace más de 20 años, ha conseguido seducir a un público amplio y variopinto, difundiendo la cultura del vino pero sin imponerla como principio absoluto.
El ambiente, exquisito y relajado, con aires de bistrot, también ha contribuido a que Vinology se desmarque del estilo exclusivista de una buena parte de los wine bars de esta ciudad. Aquí, neófitos y expertos comparten el disfrute del vino sin prejuicios. Fundamentado en los mismos principios que su predecesor, el flamante Vinology de la calle Zurbano suma como novedad una amplia barra –con una zona de mesas altas para picoteo informal y probar la amplia oferta de vinos por copas–, una coqueta terraza de tres mesitas –que serán muy demandadas en los meses de calor, sin duda– y una suerte de lounge con mullidos sofás, en la planta superior, junto a la cava, que luce como principal atractivo.
La selección de vinos incorpora cerca de 500 referencias y tiene el propósito de reflejar la diversidad y riqueza del viñedo español, poniendo especialmente en foco la labor de los pequeños viticultores. «Aunque tampoco faltan los vinos de mi país, Argentina, a los que damos cada vez mayor relevancia en nuestra carta. Junto a las grandes regiones de Francia, como Champagne y Borgoña, por supuesto», revela la mentora de Vinology. Por fin, para su nueva apertura, Oltra ha reforzado el apartado culinario de su propuesta, incorporando a Javier Goya (Triciclo) como asesor para dar un vuelco ambicioso a la cocina de Vinology. Así, en el local de la calle Zurbano hoy se disfruta también de platos sencillos, pero concebidos con buen tino y excelentes materias primas. «Una cocina, eso sí, pensada para acompañar el vino, y no al revés, como sucede en los restaurantes que dan el protagonismo a la comida».
Corchito
Salitre, 2. @corchito.madrid
En octubre de 2023, la argentina Mariel Benarós pudo concretar por fin el sueño que anheló durante años: montar su propio bar de vinos. El destino –o tal vez las circunstancias, incluso la suerte, quién sabe– quiso que Corchito viera la luz en Madrid, donde Mariel coincidió con sus compatriotas Natalia Felder y Galo Delger, socios en este emprendimiento. Aunque sin experiencia previa en el ámbito del vino y la restauración, los tres jóvenes mentores de Corchito tenían bien claro lo que querían para su wine bar. «Buen vino, buen ambiente y buena música para compartir con amigos». Parece sencillo, pero la receta no siempre funciona.
En el caso de Corchito, todo ha ido tan bien como para que el local sea ya un referente entre los nuevos bares de vinos en el barrio de Lavapies, donde la oferta es cada vez más amplia. El acierto, en cualquier caso, se asienta en tres factores: una oferta de vinos dinámica y atractiva –entre 70 y 90 referencias, con 30 vinos por copas que cambian cada dos semanas–, en la que caben tanto los vinos naturales como otros de pequeños productores, quizás menos radicales, pero que dan equilibrio al conjunto de la selección; un ambiente jovial, alegre y distendido, más centrado en el disfrute y el descubrimiento que en el culto desmedido a la cosa vinícola; y una carta de raciones y picoteo sencilla pero que complementa perfectamente la propuesta.
Cruda
Divino Vallés, 28. Tel.: 917 02 61 27
«Una experiencia cósmica» promete el bar de vinos naturales que mutó radicalmente de imagen. El modesto refugio para los amantes de los vinos singulares y puristas, que prescinden del añadido de sulfitos, que impulsaron los mentores de Bendito Vinos y Vinilos (Mercado de San Fernando, Lavapies), en un localito del barrio de Legazpi, es hoy un espacio futurista consagrado a la «sumillería energética» y el «ultramaridaje». Aventuras tentadoras para aquellos que también quieran apuntarse al club de vinos de la casa, con el fin de conocer «de dónde sale la energía y cómo la conectas».
Neutrale Wine Bar
Amador de los Ríos, 1. Tel.: 915 52 75 88.
Casa Neutrale, la singular cafetería que abrió sus puertas en 2022 en la Plaza de las Salesas y más tarde inauguró otro establecimiento (Casa Neutrale All Day), con una oferta más polivalente, en la Plaza Cataluña, también enriquece la oferta de los bares de vinos de Madrid con un localito de ambiente íntimo y estética minimalista vecino de la Plaza Colón. En el reducido espacio no caben más que cinco mesitas, una barra y –como mandan los cánones de los wine bars de última generación– un equipo de sonido de alta fidelidad, para vinilos, por supuesto. Porque en esta casa los protagonistas son los vinos naturales, la buena música y la gastronomía mediterránea. Un wine bar contemporáneo y exquisito.
Angelita Madrid
Nuevos horarios: Reina, 4. Tel.: 915 21 66 78.
El establecimiento de los hermanos Villalón, considerado por las pituitarias más avezadas como templo mayor del buen beber en Madrid –tanto en el capítulo vinícola como en el coctelero–, ha reformulado recientemente su propuesta. Sin renunciar, afortunadamente, a su esencia. Aprovechando un breve período de cierre por reformas, Angelita reabrió sus puertas la pasada primavera luciendo nuevo interiorismo y un cambio asombroso en sus horarios. En pos de un nuevo modelo que aspira a concilia mejor la vida profesional y privada –además de la captación y formación de los equipos–, el local ya no abre los fines de semana.
Tampoco los mediodías. Su actividad se concentra, por tanto, de lunes a viernes, en horario continuo, desde las 17:30 hasta la 1:30 hs.
La afluencia de una clientela de orígenes cada vez más diversos –con rutinas alimentarias distintas–, ahora se reparte a lo largo de la tarde y noche en el comedor del wine bar, donde las reservas siguen siendo recomendables. Pero la buena noticia es que la barra del bar, a la que se puede acudir sin reserva, ha ganado espacio y protagonismo en la oferta. Por lo que sigue habiendo Angelita para todos, cuando nos asalta el capricho (y si hay hueco en la barra, claro).
Para elegir, unos 2000 vinos seleccionados acorde al criterio curioso y riguroso de David Villalón, de los cuales 60 se sirven por copa. La coctelería del subsuelo, también reformada, continúa atesorando los ingenios líquidos más asombrosos e inspiradores, pergeñados por Mario Villalón y su equipo. Por suerte, hay cosas que no cambian.
K*sdal
Argumosa, 30. @k_sdal_
El francés Carlos Campillo, pionero en la introducción de los vinos naturales en la restauración madrileña –desde los tiempos del Petit Bistrot primigenio, de la Plaza Matute, hace ya dos décadas–vuelve al ruedo con una propuesta cuanto menos original: vinos y bocatas. En el apartado líquido, una amplia selección de vinos naturales, por supuesto.
En torno a 65 referencias, de los cuales 20 se sirven también por copas. Todos ellos escogidos desde una perspectiva muy personal: «por su historia y la relación que tenemos con cada viticultor». También se salen de la norma los bocatas, que revelan el acento francés e incorporan toda suerte de ingredientes: magret de pato, gorgonzola y pera confitada, hamburguesa con guiso de carne y champiñones… Todo ello, con precios moderados, en un local modesto pero con una ubicación estratégica: el local vecino es nada menos que La Caníbal, dinámico epicentro de la nueva movida de los vinos naturales en Lavapies.
Glop
Fernando El Católico, 6. Tel.: 676 16 85 94.
Vecino del mercado de Vallehermoso, el wine bar que impulsaron los propietarios de La Deseada –cafetería de especialidad y obrador, en la calle José Abascal– no ha tardado en consolidar su propuesta. Aunque la carta de Glop pone principalmente en relieve la riqueza de los vinos del Marco de Jerez, en esta casa hay mucho más que finos, manzanillas, olorosos, amontillados y demás generosos andaluces para probar. La selección –con más de 60 referencias, 15 de las cuales se sirven por copa– incluye también un amplio espectro de vinos nacionales. Para acompañar, buenas conservas, carpaccio y un bikini notable, entre otros bocados.
Buenos días, maestro:
Excelente, como siempre, tu artículo. Quizás echaría en falta a Ganz, en la C/ Almadén…
Abrazos.
Buenos días, la idea en este caso era incluir novedades –ya sean locales nuevos o con cambios en su propuesta–; pero hay muchos otros wine bars buenos en la ciudad. Ganz es uno de ellos, La Caníbal, Berria, La Fisna… En fin, los dejamos para otra ruta.