1.- Apuesta por los colores naturales y el estilo rústico. Que tu mesa se confunda con el paisaje. No dudes en emplear césped natural, flores y otros elementos. Échale imaginación, cambia las aplicaciones de los objetos y verás cómo funciona!

2.- Elige productos de temporada: berenjenas, tomates, pepinos, pescados azules… Prepara con ellos deliciosas cremas frías, ensaladas y parrilladas.

3.-¡Atrévete a mezclar! No importa si los platos no son todos iguales, aprende a mezclarlos con gracia. Haz lo mismo con las copas, los cubiertos, las servilletas… busca un hilo conductor (el color, el material, la forma…) y da rienda suelta a tu imaginación.

4.- Las “crudites” son un clásico que siempre funciona. Corta hortalizas (zanahorias, apio, endibias, pimiento…) en bastones y sírvelas con crema de aguacate, de queso o humus. Verás como a todos les gustan. Aprovecha la barbacoa, pero olvida el chorizo y la panceta. Elige verduras y pescados (atún, sardinas) son mucho más saludables.

5.- Que no falten los cócteles. Con zumos de fruta natural, cava, vino o destilados, pondrán el toque de color y alegría. No te olvides de las hierbas frescas: menta, fundamental.